Desde que tengo una edad adulta, 10 años ( yo es que siempre fui muy precoz) jamás he entendido como la gente tiene esa necesidad/obsesión de llamar a sus pareja por diminutivos que seamos realistas, no es que sean ridículos o patéticos es que hay algunos que te quitan la dignidad en público para el resto de tu vida y eso ya no hay quien lo recupere.

Y no hablo ya del típico “cari”, “churri”, “amorcito”, “cielo”,  “gordi” que aquí como gorda me paro y hago un inciso porque no entiendo el empeño que hay en decirle gordi a tu pareja que pesa 45 kilos ¿alguien me lo podría explicar? . Pero bueno, dejando estos tan típicos y que ya tenemos hasta asimilados, hay algunos que ya creo que deberían ser multables. En plan que cuando tu pareja te los suelta en público aparecer un guardia y decirte: “600 pavos de multa por omisión de la dignidad y maltrato”.

¡Hola Galletita mía!

Os pongo algún ejemplo de los más humillantes que he oído:

Pollita: Yo tenía una conocida que llamaba así a su marido, y claro, una no es que tenga la mente sucia, pero en tres segundo te imaginabas a ese hombre castrado sin pene alguno.

Oruguita: ¿cómo le puede llamar un chico así a su novia?, un animal peludo y que si lo tocas te da urticaria.

Mon chéri: Yo solo oírlo pues me imagino un bombón, pero claro como en verano se deshacen y los dejan de hacer ¿en esa época como le llamas? ¿Fígaro? ¿Bombón de coco?.

Quesito: Pero ¿de qué marca? ¿La vaca que ríe o caserío?

Bonito: ¿del norte? Lo siento la tele y los anuncios han hecho mucho daño, y yo cuando oigo a alguien llamar a otro bonito, me imagino un atún.

Fritanguilla: Yo no sé si ese hombre vivía pegado a la freidora, o era freidor de patatas profesional, pero si no yo hubiera frito en una sartén a mi pareja el día que me hubiera dicho eso delante de algún humano.

Mapachito: ¿Será por la peste que desprende?

Topito: Aquí hay dos opciones o que tenga muchas pecas o que cada vez que te vea se esconda y se meta bajo tierra para no relacionarse contigo.

Piolín: Juro que conozco una chica que llama así a su pareja, “mi piolín”. ¿Un pollo amarillo cabezón y con los pies gigantes?

Fresisuis: mira yo aquí ya es que no doy explicación alguna, solo tengo ganas de matar.

Así es que de verdad, personas fanáticas de llamar por diminutivos a sus parejas, paren ya. Porque esto no tiene sentido. Yo no seré romántica, lo reconozco, pero esa ñoñería tan empalagosa no se puede aguantar. Apología del empalagosismo es lo que hacéis (es que últimamente cada vez que uno dice “apología” le regalan un tupper de croquetas, lo digo para que se sepa). Lo único que se le puede llamar a un hombre si no se le quiere llamar por su nombre real es  es «vikingazo» y él a ti «reinona». Todo lo demás por favor sobra. Gracias.