Mi transición de turista a viajera fue complicada. Yo, señora de destinos playeros tranquilos (hotel con piscina en primera línea de playa, ¡yeah baby!), la reina del todo incluido, me vi arrastrada por un nuevo novio (now husband) a una vida de viajes errantes con el equipaje a cuestas.

Como dato, a mi primer viaje, llevé una maleta mediana + una mochila de 30 litros a un viaje de 15 días a África. En esa primera experiencia, además de destrozarme la espalda me di cuenta de que no era viable, ni siquiera necesario. Empecé a trabajar para ahorrar en espacio y a disfrutar del proceso de viajar ligera. Todavía estoy aprendiendo de mi marido, que lleva la friolera de 3 pantalones, y uno lo usa para ir y volver limpio, podéis imaginaros que los otros 2 vuelven andando solos a casa. Pero quiero compartir con vosotras mi aprendizaje a lo largo de estos años y contaros unos cuantos truquis de los almendruquis.

Imaginemos un viaje en verano, lugar templado a caluroso, estarás fuera más de 8 días y visitarás al menos 2 lugares distintos. Todo lo que sea logísticamente más complicado que eso, aplica. Para lo demás, Mastercard.

  1. Tu “bolsa” definitiva debería ser al menos el 50% de tu ideal.
  2. MOCHILA MEJOR QUE MALETA. La primera vez que me tuve que comprar una mochila fue como… ¿Queeee? No me gusta. Nononono. Eso no quiero. Luego, he visto gente en situaciones muy complicadas con maletas rígidas. Ahora me llaman mochilo.
  3. PELO. Lo siento, las planchas GHD gruesas de pelo largo no son una opción. Cintas, gorras, sombreros, pañuelos, etc. El agua de peinado será un gran aliado si tienes el pelo encrespado. Si te ves muy mal y te flaquean las fuerzas para continuar, busca una peluquería, según en qué país estés podría salirte bastante barato.  No llevarás el pelo perfecto siempre, pero evitarás dolores de espalda (y el riesgo de que se te rompan las planchas por el camino).
  4. CALZADO. La respuesta es no. Siempre es no. ¿Llevo esos zapatos que…? NO. Como mucho 2 pares. Uno abierto y uno cerrado. Si quieres unas chancletas del Primark de 1 € que no pesan también (sobre todo si tienes que dormir en sitios de dudosa higiene, mejor póntelas para ducharte). ¡Ah! 1 par de calcetines, por si acaso.
  5. MAQUILLAJE: Vas a estar guapísima, descansadísima. ¡Vas a estar de vacaciones! No renuncio al maquillaje porque es el momento del año en el que más fotos me hago, y quiero dar lo mejor de mí. Pero lo reduzco al mínimo: rimmel, corrector de ojeras, polvos, y un único labial.
  6. HIGIENE: todo en envases pequeños (si no facturas equipaje no te quedará otro remedio). Si vas con otra persona, compartid. Piensa que cuando llegues a destino muy mal se te tiene que dar para que no encuentres una tienda donde comprar más. O en algún hotel podrías tener geles (guárdalos y el papel higiénico también ?).
  7. JABÓN DE VIAJE en pastilla o en gel. Por desgracia, con el método 15 días – 15 bragas vas a perder espacio. El jabón de viaje puede ser tu salvación, puedes llevarlo en pastilla (pero cuidado porque si es lagarto se te pueden quedar más tiesas que una mojama) o en formato gel.
  8. EL CONFLICTO DE LA ROPA. Aquí no tengo puedo aconsejar. Es mi caballo de Troya. Por mucho que lo intento, a veces me he quedo corta y otras me sobra.  Solo puedo recomendar llevar prendas que te gusten para las fotos de la posteridad, lo que no te mola, no te lo vas a poner por muy Coronel Tapiocca que sean. ¿Alguna sugerencia?

Ane Emile Rodríguez.