Vengo a quejarme de algo que llevo notando desde hace unos meses en Instagram. Cada vez hay más marcas pequeñitas que han abrazado el feminismo como filosofía de vida. Supongo que detrás de todas estas marcas (no es necesario dar nombres ya que no es mi intención señalar a nadie en concreto), se esconderán mujeres feministas que buscan una manera distinta y más sostenible de trabajar y de producir sus movidas. No pongo en duda ni sus buenas intenciones, ni la calidad de sus productos pero cuando algo me llama la atención, entro en sus tiendas (online la mayoría de las veces) y descubro que para mí no hay absolutamente nada, me llevan los mil demonios.

Este feminismo hasta la talla L, no me representa (ni a mí, ni a un montón de señoras). Es probable, no lo niego, que yo haya desarrollado una hiper-sensibilidad en estos temas pero asumir que la diversidad corporal existe, me parece uno de los pilares básicos del feminismo y de la vida en general.

Utilizar el feminismo como branding de una marca de ropa me genera muchos sentimientos encontrados, sin embargo puedo llegar a comprar la idea porque me parece una forma estupenda de demostrar cómo la búsqueda de la igualdad (y mucho más) está calando en nuestra sociedad cada vez más. Esto es muy bonito y bastante necesario todavía. Pero (sí, casi siempre hay un pero) si las tallas en las que comercializan sus prendas solo le caben a determinadas mujeres, quizás resulte que se sigue reproduciendo el mito de la belleza femenina, dejando fuera de la ecuación a muchísimas corporalidades que se alejan de la normatividad impuesta. En mi opinión, no tener en cuenta esto es bastante poco feminista.

Entiendo que crear una marca desde cero, teniendo en cuenta el nivel de competitividad, no debe ser nada sencillo y que siempre es mejor empezar con lo que se conoce bien para hacerlo todo lo mejor posible. También puedo llegar a entender (nunca defender) que una marca se quiera especializar en un tipo concreto de cuerpos por lo que sea. Cada unx hace su capa un sayo, está claro. Pero entonces lo mejor es que no se use el feminismo como etiqueta cool y que no se mercantilice con una filosofía que pretende romper con todos los estereotipos que rodean a una supuesta mística de la feminidad, queridxs. Como siempre digo los feminismos no son monolíticos y existen diferentes sensibilidades a su alrededor, pero la lucha contra unos estándares de belleza que nos oprimen es una parte muy importante del movimiento y con este tipo de acciones lo que se consigue es desvirtualizarlo todo un poco (sin llegar al nivel Zara haciendo camisetas con mensajes empoderantes, claro).

Hay una cosa que se repite mucho en WeLoversize y es que «nadie nace aprendido» y espero que este texto ayude a más de una persona (y de dos) a reflexionar sobre su modelo de negocio. El feminismo tiene que ser diversidad e inclusión hasta las últimas consecuencias, si no es pura performance.