La fragancia que elegimos forma parte de nuestra personalidad, refleja la imagen que queremos proyectar y, al final, es una de esas cosas por la que los demás nos recuerdan. Todas tenemos una amiga que huele a vainilla, nos acordamos de nuestra abuela por un aroma en la cocina o guardamos ese frasco de perfume que usa nuestro chico cuando lo tenemos lejos… Es parte de nuestra memoria olfativa y por eso, desde WeLoverSize os animamos a regalarle experiencias a vuestra nariz [léase esto último sin dobles sentidos].

¿Os habéis preguntado alguna vez que olor os representa vosotras? Si WLS fuese un aroma, apuesto a que respondería a esta descripción: «Deliciosamente indulgente y cremosa; una mezcla clasica vainilla, azucar moreno. Canela y nuez moscada». Casi ‘ná’. Esto que acabéis de leer no ha salido de una receta afrodisicaca… ¡es una vela! Concretamente, una de la marca estadounidense Yankee Candle. Es muy posible que ya la conozcáis la firma porque de unos años para acá hay una auténtica fiebre por sus productos de parafina pura y mecha de algodón. Se venden  incluso por Amazon… pero no es lo mismo. Estas cosas hay que probarlas en vivo y en directo, dejarse aconsejar y oler antes de comprar.. Más que nada, por que los precios no son precisamente populares. Estamos hablando de unos 30 euros (29.90 para ser concretos) por bote grande.

smell meLa buena noticia es que Madrid ya tiene una distribuidora oficial. La tienda, que se llama Smell Me, se encuentra en la calle Guzmán el Bueno, 23 y, ya desde el umbral, es un auténtico gustazo para los sentidos. ¡Cómo huele!.

Mi primera visita fue de la mano de una amiga que adora la decoración, la cosmética coreana y las cosas bonitas en general. Su casa es un paraiso de velas y olores ricos, así que no podía tener una mejor introductora al mundo de la aromaterapia.

geles antibacteriasYa sé que os he hablado mucho y muy bien de las Yankee Candle, pero yo no fui ese día a por ninguna de ellas. Todo mi afán era hacerme con un gel antibacterial perfumado. Si, si…. Llamadme friki con libertad, pero ésta que está aquí es un imancito para los virus y lo cojo todo en invierno. ¿Para que voy a dejar males para los demás? Es una especie de superpoder para salvar a la humanidad a mi costa… Asi que me viene estupendo tener un botecito cuco en el bolso que, de paso, limpia mis manos sin necesidad de usar agua, toallas o jabón.

Bueno… No sabéis que maravilla. Me he convertido en una adicta. El producto es tan bueno que no reseca y en lugar del pestazo a alcohol que despide la mayoría de los geles de este tipo, deja un olor fresquito. Casi no pesan -estupendos para llevar en el bolso- y sus 29ml duran bastante. Por si os sirve de orientación, os diré que me hice con el primer bote poco antes de Halloween y no tuve que reponerlo hasta Navidad.

IMG_4578Esta buena experiencia me animó a incluir en mi lista de Reyes otro de sus productos: un brumificador o bol de olor (33 euros). Aquí la «atrapa-virus» padece de los bronquios y llevaba ya un tiempo dándole vueltas a darle una tregua a mis toses nocturnas con un humificador… Hasta que dí con este nuevo concepto de ambientación. Este aparato es un difusor de perfume eléctrico -cubre más de 80 m2- que, además, humedece el ambiente. ¡Hombre! No es un aire tan puro como el que deja un humificador, ¡pero huele tan bien!

Su funcionamiento es muy sencillo: basta con añadir agua entre las dos líneas que trae marcadas y la esencia que hayamos escogido. El agua puede ser del grifo, pero si en tu localidad el agua corriente lleva mucha cal, es preferible que optes por agua mineral.

En mi casa, el bol de olor está en una mesa supletoria del salón y os puedo asegurar que el olor a naranja y canela llega hasta la cocina. Así que ya sabéis, si queréis que la vuestra se quede en la memoria olfativa de vuestras visitas, sólo tenéis que visitar este local. Lo difícil será escoger… ¡Avisadas quedáis!