Entérate de una vez, que ya va siendo hora, que las mujeres somos  Invencibles.

Con todo el peso de la sociedad, esa carga abusiva, de lo inaceptable.  Que es tan potente que muchas veces nos chafa, nos rompe los huesos, nos encoge el corazón  y nos destroza hasta el alma. Pero aún así, aquí seguimos, levantándonos cada día.

Las mujeres, de las que tanto se habla generalizando, y de las que tanto se pide un libro de instrucciones como si fuéramos un objeto, que no somos, aunque se empeñen en hacernos creer que sí.

Para manipularnos, para seguir controlándonos, nos han llenado de complejos, de obligaciones, de culpa, de millones de normas hechas sólo para nosotras. Para mantenernos doblegadas y que no pensemos en lo verdaderamente importante.

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Desde pequeñas, adolescentes y adultas nos pasamos el día escuchando:

– Vístete bien, no seas dejada.

– Controla tu peso, estás demasiado gorda.

– Tienes demasiado pecho, pareces ordinaria.

– Tienes poco pecho, no eres femenina.

– Maquíllate pero que no se note, sino pareces una furcia.

– Se una princesa y busca un príncipe, pero luego se una reina en la calle, una puta en la cama, una esposa sumisa.

– Las mujeres frescas y que van con muchos hombres no las quieren para casarse.

– Debes ser sexy pero no enseñes demasiado.

– LLeva siempre las bragas perfectas por si te pasa algo y tienes que ir al hospital.

– Eso no te pega por tu edad.

– ¿No te depilas? Qué asco.

– No te lo tomes a mal, solo son piropos.

– Tienes que sentir el instinto maternal y ser madre.

– No tienes hijos, que egoísta.

– Se te va a pasar el arroz.

– Aprende a cocinar, a planchar, a limpiar, el lavabo siempre limpio, visto el lavabo visto todo el piso.

– No pareces una mujer, comportándote así.

– Marimacho, vístete femenina, sino te quedaras para vestir santos.

– No, significa quizás.

– No alces la voz, no digas tacos.

– ¿Llevabas minifalda? Seguro que ibas provocando.

– Si follas en la primera cita no te valoras.

– ¿Como te atreves a ir sola por la calle a esas horas? Normal que te pase algo.

– Eres feminista porque los hombres pasan de ti.

– Estáis todas bipolares perdidas.

– Eres muy borde, ¿Tienes la regla?.

– Si vas vestida como una fresca normal que te violen.

– ¿Quieres rollo? Que no, menuda malfollada, no eres tan guapa.

 

– Eres lesbiana porque no has probado una buena polla.

– Eso que tienes, con un pollazo se arregla.

– Feminazi, no me extraña con lo fea que eres.

– Si soy celoso es porque te quiero.

– No puedes ganar mas dinero que él.

Somos tan invencibles, que aún con todo esto seguimos vivas, muchas aunque parezca imposible hoy en día, aguantando golpes, insultos, vejaciones:

– Porque les va la marcha, que si no se irían.

– Si le pega tanto algo habrá hecho.

– Estaba loca del coño normal que el tío se volviera loco y la matara.

Somos tan invencibles, que algunas se revelaron, hace años, y murieron y se quemaron por nuestros derechos, y nosotras sus nietas, no podemos permitir dar ni un paso atrás, porque se lo debemos, porque aún queda mucho camino por recorrer, porque algunas seguimos revelándonos, empoderándonos, dejando de ser sumisas, diciendo cosas que no estáis contentos de escuchar, reclamando un mundo más justo para nosotras, rompiendo cadenas, tabúes, cargándonos todo lo que nos meten en la cabeza desde que nacemos.

 

Yo como muchas de vosotras, las de nuestra comunidad, también soy invencible y no, no sé cocinar, ni me gusta limpiar, ni planchar, soy desordenada, caótica, me gusta el sexo, soy promiscua, mal hablada, inestable.  Me gusta arreglarme para mirarme en los espejos de los escaparates, no para ti, soy egocéntrica, primero soy yo y luego tú. Si me follas mal, no me callo para que tú te sientas bien. No soy sumisa, soy rebelde, soy una pésima ama de casa pero una buena empresaria. No soy madre, quiero ser padre o tía. Me paso los cánones de belleza por el arco del Triunfo, me quiero como soy.  No soy igual que tú, ni quiero serlo, soy diferente pero no inferior, y exijo los mismos derechos. Y con todo esto sigo siendo mujer, invencible y sobre todo libre. Entérate de una vez, que ya va siendo hora.