Estoy cansada de que cada vez que se habla de algo relacionado con el machismo en cualquiera de sus variantes, salte una voz masculina intentando justificarlo todo y, sobre todo, a sí misma. Querido amigo varón: esto no va de ti a título personal (o sí, quien se pica ajos come) y no te voy a señalar con el dedo acusador, no sufras. Esto tampoco es una guerra de sexos, no es mi idea cortarle el pene a nadie. Estoy hablando de un problema mucho más profundo que nos afecta a todos. Lo único que quiero es que me escuches y, si quieres, reflexiones.
También estoy cansada de que algunos hombres tengan tanto pánico a empatizar con el sexismo y la violencia sexual a la que nos vemos sometidas las mujeres diariamente. Amichi, por mucho que creas que es un chollo que te entren en la discoteque de turno, pongo la mano en el fuego porque a la tercera tocada de culo gratuita querrías matar tanto como nosotras. Párate a pensarlo.
Es un coñazo que me llames exagerada cuando digo que no me gustan los piropos de señores desconocidos. Pero debes saber que no es que no me gusten, es que me violentan y ofenden hasta el punto de sentirme como un simple objeto porque, lo creas o no, esto también es violencia sexual y machista, por supuesto.
Es agotador escuchar historias reales de mujeres que se enfrentan a LA PREGUNTA en una entrevista de trabajo: “¿Tienes pensado formar una familia?”. Verse obligada a dar explicaciones sobre tu vida personal para tener que demostrar al empresario de turno que no va a perder dinero contratándote es horrible.
Es un rollo tener que explicar que el uso del masculino normativo en el lenguaje es muy poco inclusivo y completamente injusto, entre otras cosas porque tenemos un idioma muy rico que podemos explotar como nos venga en gana.
Estoy hasta el coño de tener que explicar que un hombre no tiene más necesidades sexuales que una mujer por el simple hecho de tener pene, que el tema de la sexualidad también es una cuestión social y aprendida, que durante siglos se ha capado sexualmente a las mujeres y que de aquellos polvos estos lodos… Pero cuando seáis capaces de correros cuatro veces (o más) en un buen polvo hablamos, ¿vale?
Es frustrante que se siga utilizando la teoría biologicista para explicar la diferencia en clave de género. No somos animales (ojalá) y, más allá de las diferencias físicas evidentes, tenemos una organización social y unos comportamientos adquiridos que deberían estar por encima de esas estupideces. He ahí el quid de la cuestión: comportamientos adquiridos, socialización , jerarquía de poder… todo desigual. Esto es precisamente de lo que estoy más cansada, de tener que explicar que lo único que buscamos es la igualdad. Entiendo que debe de ser muy difícil llegar a comprender las sutilezas de los micromachismos desde esa posición de privilegio que el mundo te ha dado, lo único que me gustaría es que no nos juzgases cuando decidimos denunciarlos.
Me cansa, así en general, tener que aclarar que el feminismo no es hembrismo (palabra que odio profundamente) y mucho menos misandria. Pero no me importa hacerlo una vez más: lo único que queremos las mujeres es conseguir una igualdad real y todo sería más sencillo si hombres y mujeres trabajáramos juntos, porque esto es una carrera de fondo para conseguir una sociedad más libre.
