No os lo vais a creer, pero tras ver las fotos de la Gordicon me he dado cuenta de una cosa que ya sospechaba (ya sabéis, hay que decirlo en alto para confirmar las teorías si no, no sirven de nada): No soy sexy. Pero nada, ni un poco.

La Real Academia de la Lengua me dice que sexy (para ellos sexi) es el adjetivo que se refiere a alguien que tiene atractivo físico y sexual. Para entendernos, si tuvieran que representar esta definición pondrían al lado la foto de Monica Bellucci, no la mía. Porque yo no soy sexy.

También es cierto que ser sexy es como la belleza: son conceptos subjetivos. Por tanto, lo que yo digo que no es sexy, para otro sí puede serlo. Como siempre decimos, cada persona es un mundo y esta no es una ocasión diferente, así que si alguien me encuentra tremendamente sexy e irresistible me lo puede decir sin reparo alguno.

A pesar de esta subjetividad, todos diferenciamos con más o menos suerte a una persona sexy de otra que no. Por tanto, puedo decir con seguridad que no tengo andares sensuales, ni unos rasgos ídem, tampoco ayuda mi forma de vestir y mucho menos de posar-sé lo que digo, he jugado demasiados años a poner caras frente al espejo mientras me seco el pelo como para afirmar con certeza que no sé-. No, amigas, no tengo nada de eso.

Soy la hostia -esperad que me vengo arriba-, pero yo, sensualidad 0. Y quiero que quede clara una cosa: no lo digo como algo negativo.

Me gusta como soy, sé que resulto atractiva a mi modo pero no soy ninguna Marilyn Monroe, eso ya lo sabía desde hace tiempo. Sin embargo,vivimos en un mundo en el que a la mujeres se nos ofrecen todas las herramientas para convertirnos en una sex symbol y si no lo conseguimos, parece que fracasamos porque ¡Oh Dios mío! ¿Cómo es posible que con todo lo que tengo a mi alcance no consiga ser atractiva sexualmente? Pues es posible y NO PASA NADA.

A mi entender, ser sexy es como ser elegante, lo eres o no lo eres. Por mucho que trabajes en ello, no llegarás a serlo al 100%, puede que tengas tu momento pero nada más. Al igual que Olivia Palermo nunca podrá ser una barriobajera, yo no seré una Marilyn por mucho que me emperifolle. No, cada uno es como no es. Ni soy una mujer sexy ni pretendo serlo, porque sé que en mi empeño por conseguirlo solo iba a lograr una cosa: ser ridícula. Tengo más pinta de niña que de mujer y si quisiera encandilar a un hombre poniendo toda la carne en el asador… se quedaría con hambre.

phoebe
Algo así…

Por eso mismo es por lo que no estoy de acuerdo con quien dice que toda mujer puede ser sexy. Vestirse con lencería de encaje o enfundarte un vestido ajustado no te va a convertir en una persona sexy. Al igual que una persona que sí lo sea, lo será siempre, se ponga lo que se ponga. Con un sujetador de encaje, estarás más guapa, te sentirás  mejor por verte tan estupenda pero no esperes convertirte en la nueva Scarlett Johanson, porque no lo eres. Eres Fulanita Pérez, no eres sensual y eso es igual de estupendo.

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Que nadie diga que por ser mujer hay que ser sexy y, por supuesto, que nadie os haga sentir mal por ello, mucho menos sentiros menos mujer.

Y, por supuesto, quitaos de la cabeza esa idea que todas esas que salen en las revistas son bombas sexuales, porque naranjas de la China amigas: Audrey Hepburn, Lena Dunham, Cara Delevigne…  No importará la ropa que se pongan, ni las poses que utilicen, ellas seducen a su modo, pero no son ninguna bomba sexual.

Así que amigas, aquellas que sois sexys explotadlo, pero las que no, saquemos partido al atractivo que tenemos, sea cual sea. Somos todas mujeres estupendas, diferentes y atractivas a nuestro modo. Eso, al fin y al cabo es lo que importa.