Mereces que te quieran.

Que te quieran a risas.

Que te quieran a tontas, a locas, y venidas.

Que te quieran fuerte, como un café mañanero en su taza favorita.

Que te quieran los odiosos lunes temprano y los sábados con sabor a madrugada y copas.

Que te quieran si eres alta o baja, con una talla 32 o una 48, con piel pálida o bronceada, con tu melena larga o con ese corte de pelo que tanto se lleva ahora.

Que te quieran mientras habla de ti a sus amigos o al desconocido del metro que está leyendo tu libro favorito.

Que te quieran cuando suene esa canción que al final es sólo vuestra. 

Que te quieran en las noches de invierno de sofá, peli y manta, y en los veranos, locos, con olor a sal y pelo al viento.

Que te quieran cuando el reloj de las doce en la puerta del Sol y diga “Feliz año nuevo” pegado a tus labios.

Que te quieran cuando ni tú misma encuentras las ganas de hacerlo y que te quieran mientras te enumeran los por qués deberías hacerlo.

Que te quieran en una llamada que viene de lejos, porque la distancia es muy cabrona pero vosotros lo sois más.

Que te quieran a gritos, cuando estás andado por la calle, después de bajarte de su coche.

Que te quieran mientras duermes y lo hagan aún más cuando te despiertes con esa cara tan tuya de no saber ni dónde estás.

Que te quieran cuando falles, cuando aciertes, cuando decidas tirar la toalla o solamente la tiendas al sol para volverlo a intentar cuando el aire se lleve los restos de la decepción.

Que te quieran después de cada pelea, de cada palabra dicha de más por el calentón y de cada lágrima derramada por culpa del miedo.

Que te quieran en pijama, con tu camiseta rota o con ese vestido tan sexy comprado en las rebajas.

Que te quieran en un abrazo, en un beso, en una mirada y con los ojos cerrados.

Que te quieran mientras le miras a los ojos y le susurras que ya casi estás, mientras hincas tus dedos en su espalda.

Mereces que te quieran y punto, sin comas, sin paréntesis, que te quieran sin faltas de ortografía, ni de respeto. Que te quieran así, como tú eres, fuerte, lista y guapa.

 

Esmeralda Ubeda