Mi ex me hacía sentir culpable con la comida

Si estoy dispuesta a reabrir este episodio tan doloroso de mi pasado es porque creo de corazón que compartir esta clase de historias puede ayudar a que alguien mejore su presente. 

Hace años estuve en una relación que podría catalogarse de muchas maneras, pero sin entrar en detalles diré que fue bastante abusiva. Como suele pasar en este tipo de relaciones, una no se queda en ellas si todo es malo, las personas que maltratan y manipulan son muy astutas y saben cómo apañárselas para crear dependencia, destrozarte la autoestima y aislarte de tu círculo de confianza. Aunque todo sea malo, tú no lo ves, sino que ves a una persona que vela por ti, que te comprende como nadie y que solo quiere protegerte de los que no te quieren como te mereces. 

Una persona manipuladora puede usar cualquier tipo de arma a su favor para crear la inseguridad necesaria en la otra persona y atacarla casi sin que se dé cuenta. En mi caso, una de esas armas fue la comida. Mi larga trayectoria de inconformidad con mi cuerpo, dietas, médicos, etc. habían propiciado una actitud restrictiva hacia la comida por normal general, todos los que me conocían lo sabían y lo normalizaban, por lo que se me había quedado el sambenito de “Es que ella es de comer poco”. 

Él sabía de sobra todo el conflicto que me acarreaba la comida, especialmente en público, porque me aterraba la idea de que pudieran achacarme un kilo de más a que comía más de la cuenta. Y lo usó en mi contra. La vez que peor lo pasé fue en el cumpleaños de su hermana. No es que me hiciera sentir culpable con la comida muy a menudo, sino que la forma de hacerlo era retorcida y, en aquella ocasión, lo fue especialmente.

Mi ex me hacía sentir culpable con la comida

 Esta familia era de celebrarlo todo a lo grande e invitaron a toda la familia (la cual ya conocía de sobra) y varios amigos y compañeros de trabajo de su hermana, que era unos años mayor que nosotros. Estos últimos sí eran unos completos desconocidos para mí. Fueron simpáticos y mostraron interés en conocerme el rato que coincidimos y, entre charla y charla, salió el tema de las recetas saludables, porque una de las chicas había traído un bizcocho casero. Estábamos tan panchas comentando nuestras recetas cuando mi ex se metió por medio soltando comentarios del tipo “No sé por qué les mientes, si luego tú no cocinas nada de eso” o “Mucha dieta, mucha dieta, pero luego bien que te hartas cuando quieres”. 

Además de ser afirmaciones falsas, estaban totalmente fuera de lugar porque SABÍA que me apetecía socializar, era algo que por su culpa lo hacía cada vez menos y, encima, me hacía quedar en ridículo dando a entender que me daba atracones o que no tenía autocontrol con la comida, cuando era justo al contrario. 

Lo peor vino cuando trajeron la tarta de cumpleaños. Al ir a servirme mi suegra, él soltó “Pero mamá, no le pongas tanta, que ya se ha comido esto, lo otro…” Sí, se puso a enumerar todo lo que había picado de los dulces caseros que habían traído los invitados. Me puso de muy mala leche, pero me contuve para no montar una escena allí en medio, más bien, lo ignoré y seguí comiendo mientras charlaba con aquellas chicas tan amables. El colmo fue cuando anunciaron que además de té y café habían preparado chocolate caliente y yo me serví una mini taza. “¡Pero bueno! ¡No me puedo creer que también le vayas a dar al chocolate! Claro, como no has tenido suficiente con todo lo demás… hoy alguien quiere ponerse cerdi”. Sí, dijo cerdi

Cuando por fin nos quedamos a solas le eché la bronca por humillarme públicamente a lo que él respondió amparándose en que todo había sido en tono de broma y que era yo la susceptible y la que lo sacaba todo de quicio porque me tomaba demasiado en serio mi cuerpo y mi dieta, y que decirme cerdi no era nada malo. 

No os dejéis engañar, estas personas hacen lo imposible para quedar de buenas y hacerte creer que eres tú la loca que ve cosas que no son, vamos, lo que cualquier psicóloga llamaría luz de gas o gaslightning. Por experiencia os digo que si lo que te dice te hace daño y él, además, tiene datos (que siempre los tienen) para saber que eso te molesta o que está fuera de lugar, haced caso a vuestro instinto y salid de esa relación cuanto antes. Y por supuesto no dejes que nadie, ni mucho menos tu pareja, te cree sentimiento de culpabilidad con la comida.

Ele Mandarina