BYE AMANCIO, O POR QUÉ YO TAMBIÉN HE CAÍDO RENDIDA A SHEIN

Vamos a ver si me aclaro. Entiendo que cuando ocurrió lo de la bofetada de Will Smith nadie hablase de otra cosa. Comprendo que el “¿por qué no te callas?” del Rey tuviera mucho revuelo, pero ¿qué cojones está pasando que no hay nadie que no hable de Shein? Pues os responderé: gente, os presento al nuevo Zara, bye bye Amancio.

Y es que yo era de las reticentes, de las que decía “es solo una fiebre, como Aliexpress, ya pasará”, y os aseguro que era fiel a mis ideas de “no necesito una nueva tienda”, “a saber qué calidad tiene”, “uff quita quita, que si no me puedo probar la ropa no me quedará bien fijo”. Una mierda para mí. Al final, caí rendida a SHEIN y os diré cómo.

Hace ya un tiempo todas mis amigas me enseñaban lo nuevo que se habían comprado en esa tienda que cada vez se hacía más famosa. Recuerdo que al principio no era muy conocida y sin darme cuenta un día, ESTABA EN BOCA DE TODAS. Iba al trabajo y “mira, lo que me he comprado en SHEIN”, iba a Mercadona y ¡hasta la cajera hablaba con una clienta de lo bien que le ha quedado lo último que le había llegado!, incluso mi esteticién. Y dije, “what?, ¿qué cojones pasa?” Entonces llegó lo impensable: SHEIN ABRÍA SU PRIMERA TIENDA FÍSICA EN ESPAÑA. Y el puto mundo se volvió loco. Colas en Madrid de kilómetros que competían con la Gran Muralla China para poder verse desde el espacio, Instagram lleno de nuevos looks y gente que no hablaba de otra cosa.

Os diré algo, aguanté como una campeona, pero inevitablemente yo también iba a caer. Mi experiencia con SHEIN llegó poco después de esa apertura. Poco a poco tenía la sensación de que mi armario me odiaba, de que mi ropa era de hace 10 años, ya sabéis, esa sensación de que no os gusta absolutamente nada de vuestra ropa. Pues eso. Y era hora de comprarme algo. Como de costumbre, siempre tiro a Zara o a Mango, pero obviamente me tengo que esperar a las rebajas quizá para comprarme dos prendas como mucho, porque rebajadas mis cojones, pero bueno. Como no es época, me comí un pimiento y todo lo que había era de 50€ para arriba. Yo no sé cuando se han vuelto los precios tan desorbitados pero ahí están, para recordarnos que las chicas de clase media (media baja) no pueden tener cosas bonitas.

Pensé muchas veces en ir a Primark, de hecho tengo algunas cosas de ahí, aunque la calidad me da para dos lavados, pero tenía al cuco de mi amiga diciéndome al oído que probase en SHEIN, e incluso me enseñó lo que se había comprado y…. la verdad me quedé asombrada.

Me esperaba una calidad mediocre, pero lo que vi fue sorprendente. No voy a decir que es la misma que Inditex (aunque Amancio tampoco es que haga sus prendas de oro) pero estaba bastante bien. Así que, escuchando a mis amigas, teniendo muestras, oyendo a mi armario y a mi cuenta bancaria, caí en los brazos de SHEIN y cuando me llegó mi pedido…. SIN PALABRAS. Hacedme caso, si queréis tener un nuevo fondo de armario y super barato, rezad al nuevo y todo poderoso Dios. Alabado sea SHEIN.

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Patricia Sevillano