El otro día leía un artículo de Vogue España en el que la redactora se avergonzaba de esa sociedad que se atrevía a juzgar a una mujer por el largo de sus shorts. Año tras año este debate aflora en las calles de medio mundo ( y digo medio mundo por que desgraciadamente los códigos de vestimenta en muchos países del mundo siguen siendo demasiado retrógrados para la mujer) y en muchas ocasiones este debate no es para construir una sociedad justa e igualitaria sino que refuerza los ideales machistas aún presentes entre nosotros.

Hablando sobre el «body shaming» (vergüenza corporal en castellano) diré que no solo está presente en esta sociedad machista sino que nosotros los gordibuenos también lo sufrimos y ya no hablo sobre esas valientes que deciden meterse en el bikini y bajar a la piscina sin importarles la opinión que sus vecinos le procesan, sino que hablo sobre esos hombres que al llegar el verano pasan un calor de narices por que sienten vergüenza de enseñar sus piernas o sus magníficos flotadores en las piscinas.

Pero cuando nosotros nos armamos de valor y decidimos llevar unos pantalones cortos simplemente nos damos cuenta de que no existe una amplia oferta en este mercado que nos encasilla en unos pantalones estándard feísimos y de colores neutros. ¿Qué pasa si decidimos llevar unos pantalones más cortos o de un diseño distinto? ¿Qué ocurre si un día nos levantamos y decidimos que ese día nos apetece llevar unos pantalones blancos? Que la sociedad nos responde que visualmente el blanco nos hará más gordos. Pero es que si decides hacer caso omiso a lo que diga la sociedad tus opciones se quedan limitadas a la variedad en un mercado para delgados y solo te queda conformarte, una vez más con esos pantalones tan feos que te horrorizan. Eso o adelgazar.

Aquí es donde quiero llegar yo, ¿no deberíamos trasladar el debate del body shaming a todos los ámbitos?, es decir, si tan válido es que tus shorts tengan la medida que deseas, ¿no sería conveniente para la felicidad de la sociedad que el tallaje se ampliara?.

Pero amigos no todo está perdido. La moda es cíclica, está en constante cambio y actualmente cada vez más se están cambiando los canones de belleza y permitidme que os anime a vestir como os de la real gana. Dicen que el escandalo está en los ojos de quien mira y si somos nosotros los que estamos agusto en unos pantalones cortos blancos debemos hacer caso omiso a las críticas de esas personas que no aportan nada a la sociedad y crear una nueva.