Cuando en la redacción de Weloversize nos enteramos de que Sumissura nos ofrecía no uno, ni dos, si no tres abrigos a medida entre las colaboradoras, todas nos apuntamos porque nos acordábamos de lo guapa que estaba Ariamsita con su traje de chaqueta en el post anterior. Pero como no nos podía tocar a todas, las afortunadas fuimos Bea Romero, Teresa Díaz y yo. ¡Emoción máxima!

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Así que en cuanto nos enteramos nos pusimos manos a la obra para cotillear la página y hacernos un abrigo a medida lo más personalizado posible. Lo primero que vimos es que la web es muy fácil de utilizar y no le falta detalle: puedes elegir todo, el color, la forma, el cuello, los bolsillos, el forro… Incluso puedes bordarte las iniciales! Todo esto es la parte buena del proceso, la mala es que hay tantas opciones que es dificilísimo elegir! Yo tenía claro que quería un color original, alejarme del negro y el gris y conseguir ese abrigo que en las tiendas nunca es perfecto. Pero claro, entre tantas opciones ¡era imposible quedarse sólo con una!

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Al principio lo quería borgoña, luego azul, luego verde. El forro liso me encantaba, pero es que algunos estampados eran preciosos, el cuello tenía claro que lo quería cerrado y los botones ocultos, pero ¿cómo quería las mangas?, ¿y el corte?, y lo de bordar las iniciales ¿cómo funciona?. En definitiva, un mar de dudas. Menos mal que la propia página tiene un chat donde puedes preguntar todas las dudas y ellos en el momento te las resuelven. Así fue como decidí que si, que las iniciales bordadas las tenía que poner porque ya que el abrigo iba a ser personalizado, lo personalizaba al 100%.

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La verdad es que como os digo el proceso resulta facilísimo y, una vez que tuve claro que quería el abrigo verde militar, con el forro de cuadritos, el cuello cerrado, los botones ocultos, los bolsillos sin solapa y las iniciales bordadas, todo fue súper sencillo.

Teresa

Así que después de todas las dudas (las mías, las de Bea y las de Teresa) las tres nos hicimos nuestros abrigos, nos tomamos las medidas y lo encargamos. ¡Qué nervios!, ya sólo faltaba que nos llegara a casa, ¿cómo sería?, ¿nos habríamos tomado bien las medidas?, qué ganas de que llegara… Y la verdad es que cuando llegó la sorpresa fue mayúscula, ¡el abrigo es de una calidad increíble!, es suave, calentito, con los remates perfectos, ¡no tiene ningún fallo! Bueno, por tener tiene que aquí en Madrid aún es otoño y no lo puedo estrenar… Al menos nos los pusimos para unas fotos para que veáis lo bien que sientan y todo el detalle que tienen. ¡Ahora sólo queda esperar a que llegue el invierno para disfrutarlo!

Si quieres hacerte tu propio abrigo a medida, ¡estás tardando!