Voy a ser sincera: he probado los enfriadores de cerveza y no paro de preguntarme cómo he podido vivir sin ellos hasta ahora.

¿Qué es este invento que me ha conquistado y ha hecho que le diga a varias personas que lo pongan en su vida? Os lo voy a enseñar. He aprovechado unos días en los que Febrero se ha disfrazado de Agosto y me he ido con mi mochila cargada de cerveza a uno de mis lugares favoritos, porque tomarse una cerveza fría en casa está bien pero sí se puede tomar al sol, viendo el mar y en manga corta, es otro rollo. Al menos en Asturias.

Los enfriadores de cerveza son unos tubos de acero inoxidable que hacen, como su propio nombre indica,  que tu cerveza (o la bebida que prefieras) se mantenga fría. 

Enfriador cerveza

¿Cómo se usan?

Fácil, sencillo y para toda la familia. 

Paso 1.Coges los enfriadores y los metes en tu frigorífico, les haces un hueco entre las patatas congeladas y los tuppers para toda la semana y los dejas ahí. No ocupan mucho, prometido. 

Paso 2. Cuando vayas a tomarte una cerveza, los sacas, lógico. Abres la cerveza, insertas el enfriador en la botella y lo ajustas a la boca de la misma.

Paso 3. Te bebes tu cervecita a tragos tranquilamente sin preocuparte de que se te caliente porque eso no pasará. Ni en el último trago. 

No hay más. 

¿Funcionan?

Sí. Funcionan incluso cuando, como yo, tardas unos 10-15 minutos entre que los sacas del congelador y los introduces en tu botellín.

Son de un tamaño ideal para los botellines de tercio (los de 33cl) y que tengan el cuello largo. El dato de cuello largo lo desconocía y  los he usado con los que podéis ver en la foto, 33 cl pero de cuello corto y quedan un pelín holgados, pero no preocuparse, funcionan igual. Lo podéis ver, son unos milímetros, pocos pero lo justo para que no encaje pero lo dicho, no hay problema.

enfriador de cerveza

¿Cuál es el único problema si no encaja en la boca de tu botellín? Que no podrás bebértela a morro. No hace falta que lo comprobéis, ya lo he hecho yo por vosotros y os puedo asegurar que yo no bebí nada pero mi camiseta se llenó de cerveza por ella y por todos sus compañeros.

Importante también es pegarle un trago a la cerveza antes de introducir el enfriador. Es lógico por aquello del principio de Arquímedes pero yo soy muy de letras, demasiado, y en ese momento no me di cuenta. Total, que por cagaprisas desbordé la cerveza.

enfriador botellas

Qué diréis, ¿chiquilla pero llegaste a beber algo? Sí, bebí yo, bebió la camiseta como os dije anteriormente y bebió el hormigón. Todos contentos.

Así que mi recomendación para usar los enfriadores de cerveza con botellines que no se ajustan al 100% a su tamaño es usar un vaso.

No tendréis problemas para verter el contenido y el enfriador no se caerá. Comprobado.

¿Los he probado con un botellín en el que encajen perfectamente?

Sí. Cuando llegué a casa, abrí la nevera y me puse a comparar los tamaños de las distintas cervezas que tenía.

Ví que el botellín de esta cerveza de cereza era de cuello largo así que no dude: seguí las instrucciones, los fregué a mano y los volví a meter en el congelador unas 2-3 horas que es lo recomendable y en cuanto ese tiempo paso, ¡a probar de nuevo y a beber cerveza! Con este tipo de botellines, y siempre y cuando el tacto de chupar acero inoxidable no te desagrade demasiado, podrás beber tu cerveza a morro sin problema.

¿Los recomiendo?

Sí. Sin duda.

En serio, estos enfriadores me parecen una de esas cosas que sino existieran tendrían que inventarse.

Y es que yo soy muy de cerveza, pero muy de beberla a tragos y lentamente, soy de esas a las que el camarero del bar les intenta quitar el botellín porque el último trago del mismo ya se ha calentado y de esas otras que, en ocasiones, y vete tú a saber por qué, son incapaces de soltar el botellín y lo pasan de mano en mano dándole calorcito mientras arregla el mundo, pero con este invento se acabaron muchas de mis cervezas calientes: la que me abro el domingo antes de tirarme en el sofá a ver Netflix y se me olvida que la tengo ahí en cuanto la serie me engancha, la que me tomo en el patio del pueblito en vacaciones cuando todo el mundo se está echando la siesta, las que me bebo en las fincas de mis amigos comiendo pipas y olvidándonos del reloj, las que no suelto y uso de micrófono para cantar la canción de «Física y Química» en esa fiesta en casa…

 

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