Hola, corazones.
Lo escribo aquí porque es una mala anécdota y no sabía muy bien dónde ponerlo.
El año pasado, en verano, me animé a ir al parque Warner de Madrid y en qué momento la verdad.
El caso esq había venido una amiga a mi ciudad, e íbamos a ir con familia de nuestra edad y a pasarnoslo bien, o eso era lo q yo me esperaba.
Tengo que aclarar que aunq esté gorda no usaba más de una 52.
Cuando eres una talla grande te vas anticipando a cosas como: voy a caber en esa silla? , Me entrará ahí el culo? Me cerrará ese cinturón? Y un sinfín de preguntas a las que yo ya me hacía una idea de cuál era la respuesta pero quería ir a echar suerte porque pensé: el parque Warner debería ser un sitio donde recoger a la mayoría, montañas rusas gigantes, un parque enormemente grade, atracciones de vértigo, etc.
Total, que llegó a la primerísima atracción, una montaña rusa amarilla al principio de los principios del parque, me subo con mi gente y viene la chica a cerrarme bien el arnés porq no aparecía en pantalla bien cerrado. Consigue cerrarlo bien a la primera y ahí pensé:
de aquí al cielo, no? Pues vaya hostia me pegué cuando al bajarme de esa atracción quise subirme al top spin, esa atracción que son filas de asientos juntas y que dan vueltas hacia adelante y hacia atrás.
Me subo a la atracción, cierran el arnés con las máquinas y mi brazo no encajaba con la persona q tenía al lado ( apretaba), 3 veces tuvo que repetir la operación la señora que trabajaba en esa máquina, hasta que a la 4 vez, se dirigió explícitamente a mí y me dijo que si me podía bajar de la atracción y yo muy avergonzada dije que si, obviamente.
El día no fue a mejor.
Entramos esa tarde en la casa embrujada y me pusieron en el asiento que cierra los barrotes y mis piernas no dejaban cerrar bien la barra, solo hizo 1 clack de 2 de seguridad que tenía q hacer pero ahí no me mandaron bajarme por no ponerme en verguenza delante de 40 personas cuando la atracción no tenía más peligro que un ligero balanceo (aunq yo lo pasé muy mal pensando que de la fuerza de la barra de sujetarme podría abrirla y enviarnos a todos contra la mesa de la muerta que relataba su historia de amor con Víctor).
Quiero reivindicar que los parques de atracciones se pongan al día con la inclusión y hagan asientos para culos gordos que también nos gustan las atracciones y nos lo pasamos muy bien.
En conclusión, ese día acabé, triste, humillada, cansada, con muchas ampollas y empapada porq me subí a todas las atracciones de agua que pude y las disfrute como pude también.