Salí el otro día con un chico y quedamos en su barrio con tan mala –o buena, según se mire– suerte de que su santa madre pasó por allí. El chico, muy natural, saludó a su madre con un pico en la boca y, a continuación, me la presentó. Raro en mí, no me dio nada de vergüenza saludar a la madre de mi cita. Sonreí, le di dos besos a la señora y hablamos animadamente de la buena tarde que hacía.

Yo creo que ese pico mató rápidamente cualquier posibilidad que existiera de cerrar la cita con un beso, por eso me relajé y su madre –que nunca sería mi suegra– pasó a ser una señora sin más. Para mí, besarse con los padres en la boca siendo adultos es raro, qué queréis que os diga.

Ojo, que cada uno puede hacer lo que le parezca (solo faltaba), pero no deja de ser un tema controvertido, ya lo vimos con la foto de Victoria Beckham con su hija… La cuestión es: ¿por qué a algunos les parece normal darse pseudo morreos con sus hijos (pequeños y no tan pequeños) y a otros nos da repelús?

 

Es divertido escuchar a alguna mami loversizers explicar cómo intenta hacerle la cobra a su retoño para que aprenda a dar besos mofleteros. Creo que los picos forman parte del aprendizaje inicial básico cuando enseñas a un niño a besar, ya que tienden a imitar lo que hacemos y la primera lógica conlleva boca con boca.

 

No es que tengamos mirada sucia, sabemos que es solo una muestra de afecto pero… ya que hay muchos sitios para dar besos, ¿por qué en la boca? A la gran mayoría nos produce ternura un bebé que da un beso en los labios, vale, y no se trata de hacer un drama si un sobrinito viene y nos lo da pero… ¿hasta cuándo tiene sentido besar a los hijos en los labios?

Porque, claro, los hijos nos hacemos mayores y no es lo mismo darle un pico a tu madre con 3 años que con 33 o con 53, ¿o sí? Es un hecho cultural, obvio, por eso quien lo haya aprendido en su familia desde niña puede verlo como algo natural, independientemente de que esté más o menos extendido en nuestra sociedad, pero al resto sí nos produce un mínimo de incomodidad. Quizás deberíamos reflexionar al respecto, no digo que no, pero por cómo nos han educado a mi me produce rechazo.

 

Tal vez es solo cuestión de una mente reaccionaria, it’s possible. Serán otras las que tomen el té con la Beckham y la saluden con un piquito que, con algo de fantasía, incluye también a su señor marido… Vaya, tal vez sí que tengo un poco sucia la imaginación…

 

Your turn. ¿A favor?, ¿en contra?