El empoderamiento femenino y la liberación sexual han traído una lista de cosas maravillosas, para el placer, las relaciones, la falta de tapujos e inseguridades, y un largo etcétera.

Peor por desgracia no es oro todo lo que reluce como se dice, y es que detrás del sexo libre, del quedar para follar y ya esta, el sexo sin sentimientos, se esconde una serie de trampas, en las que sin darnos cuenta hemos caído todas alguna vez.

Te pongo un poco en situación: estás en un periodo de tu vida que no te apetece estar con nadie, bastante tienes contigo misma, tus amigos, el trabajo y el gato. Pero en ocasiones te entran esos picorcitos y te apetece que alguien te los rasque con mucho gusto.

Y como ahora todo se ve de otra manera, y existen los follamigos, tinder, y las quedadas para follar pues dices, ni tan mal.

Y ahí que vas a esa súper quedada con el susodicho o susodicha que te va a empotrar contra todos los muebles de la casa.

Pero es aquí donde creo que la gente se confunde, ya que, quedar para follar, no implica pensar que somos todos máquinas que tenemos el botón del ON y del OFF, y que con solo vernos ya podemos empezar a darle el tema, porque el deseo está a tope de power solo con mirarnos.

MIRA, NO.

La situación suele ser del estilo:

Chico conoce chica, en persona o por app de ligoteo, hablan por Whatsapp la cosa se pone caliente, decidís más tarde o más temprano quedar con claras intenciones de follisquear, hasta ahí todo bien, todo correcto.

Llega el esperado momento, y una de las personas (normalmente el tío) entra a saco, para ir al lío y punto, un mete saca más o menos elaborado, y una vez que se termina todo, venga hasta luego que tengo cosas que hacer.

Lo que más me sorprende es que cuando las mujeres se quejan de estas situaciones, la gente les llega a decir que qué esperaban, que si se ha quedado para follar es lo que hay y punto, que para charlitas o cenita otra cosa.

Y es justo aquí donde estamos muy equivocados amigos míos, donde hemos reducido al sexo como algo meramente físico, como si las personas fuéramos simples máquinas que nos ponemos cachondos en milésimas de segundo.

Hay que entender que el sexo sin deseo es una absoluta basura, y este, amigas mías, no es instantáneo como el nesquik, hay que dejar que vaya apareciendo, trabajarlo y evocarlo. Y esto por mucho que no nos guste requiere de tiempo, algo de confianza y de una situación cómoda.

La primera vez que ves a una persona, que todo son nervios, tensión, dudas, el deseo no es lo primero que aparece. Hasta que no llevamos un ratito de toma de contacto, donde hay charla, la aproximación va a pareciendo y demás, el deseo irá apareciendo.

Y aunque le hayas visto más veces, no pasa nada por querer preparar el encuentro o que nada más terminar compartir alguna palabra.

 

Que puede ser que de tanto hablar por Whatsapp, solo con veros os apetezca darle duro al tema, y me parece genial, pero lo más normal que puede ocurrir, es que necesitéis una toma de contacto previo.

Lo mismo pasa después del sexo, aunque hayáis quedado para follar, no hay una norma escrita que diga que nada más terminar cada uno se tenga que ir a su casa. Que no pasa nada porque os quedéis un rato charlando o simplemente hablando del sexo en sí, que os ha gustado más o menos o que otras cosas se os ocurren.

¿En qué mundo vivimos, en el que hablar con la persona con la que acabas de tener sexo es algo raro o un pecado?

Querer compartir un rato con la otra persona, no implica que quieras algo más, ni mucho menos, implica buen rollo y que la situación se normalice.

Es perfectamente normal que si quedas con alguien para follar, y no hay ningún tipo de juego previo (y no me refiero a los preliminares) no aparezca el deseo porque si.  Si no hablamos un rato y dejamos que el sexo vaya surgiendo, desde el principio lo estaremos haciendo mal.

Y si nada más terminar, es como que ya cada uno se tiene que ir a su casa, es normal que aparezca el sentimiento de “me siento usada”, aunque hayamos quedado para follar. Hay unos mínimos, no hace falta que me des charleta durante horas o me hagas la cena, pero si tenemos confi para vernos desnudos, la tenemos para tratarnos bien.

Otra cosa es que lo hayamos hablando y que después del sexo tengáis algo que hacer o tengáis prisa, pero hacerlo de la otra manera, es un claro “consumo de personas”, es como masturbarse con otra persona, ya que la interacción es mínima.

Por lo que, quedar para follar únicamente esta genial, pero hay que entender que el deseo sexual necesita de unos mínimos que nos estamos saltando, y por supuesto, entender que la interacción humana también, y que no pasa nada.

Si entendemos esto así, no solo disfrutaremos más del sexo, si no que, disfrutaremos de la compañía del otro y nos encontraremos más cómodos en todo momento, y al final, de eso se trata, no solo de follar.