Cada una tiene sus métodos para auto-sosegarse cuando está tristona, estresada, hasta las pelotas del mundo. Yo me dispongo a contaros los míos y, por favor, compartid los vuestros. Nunca sobran.
1. La música: arregla un mal día y mejora uno bueno. Yo me hago listas de Spotify y las nombro según el estado de ánimo que me provocan: «Relax», «Fiestón», etc. No os cortéis, cotilleadme. Para desestresarme acudo a Norah Jones, a George Michael, a Ana Carolina … Y si nos ponemos a relajarnos en serio, nada como el rollo yogi de Chopra Center.Cuando estás más bien tristona, dale a Rafaella Carrá, a Celia Cruz, al Puma. Si lo que tienes es mal de amores, reviéntate los oídos con “Se acabó”, de María Jiménez.
- Las pelis: otro básico que nunca falla. Yo me descojono con «Algo pasa con Mery», «Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí» y «Un funeral de muerte». Si no buscas la carcajada, sino el buenrollismo, imprescindibles: «Love Actually», «Grease» o la primera peli de “Sexo en Nueva York”. Las series son otra super opción, dale a “Friends”, “Sexo en Nueva York”, “The Big Bang Theory”. Un capitulito antes de dormir hace milagros.
Youtube: busca vídeos de Martes y Trece. Brutal en el que imitan a Eva Nasarre y Locomía. No, no, no, nooooooooooo.
Descojónate.
Llora.
Méate encima.
Yo también muero de la risa con los mejores momentos de la Juanpe (la/el/lo colega de Alaska y Mario Vaquerizo). Si le veis decidle que quiero ser su mejor amiga, PORFI.
3. Somos un solo Cuerpomente, haz ejercicio: yoga si estás nerviosa, zumba si estás de bajón, pilates en todos los casos.
- Mímate salvajemente: píntate los labios de rojo, hazte la manicura, date un masaje, pégate una ducha caliente antes de ir a dormir, exfóliate, ponte una cremita que huela de la muerte, date una mascarilla, ponte un pijama limpio que huela a suavizante, rocía spray relajante en la almohada.
- Rodéate de cosas bonitas (como tú): enciende tu vela favorita, ordena la casa, enmarca las láminas que compraste en aquel viaje tan divertido. Ve a desayunar a ese sitio TAN cuqui. Cómprate un pijama ideal. Cena ese plato que te encanta.
- Ilusiónate: planea un viaje, aunque sea sin fecha de salida, ya se dará. Compra una agenda nueva, muy bonita, y apunta todas esas cosas que harás (o no) y que molan tanto: clases de flamenco, yoga, ir a la ópera…
- Rodéate de Fabulosos: llama a esa amiga tan risueña, ahora no estás para que otros te cuenten sus tristezas. Dile que te arrastre a un plan divertido. Comed helado viendo Prison Break, gritad las guarradas que le haríais al prota. Queda ese amigo tan cariñoso que te da abrazos sin parar. Necesitas risas, cariño y quizás un par de hostias verbales para que reacciones. BÚSCALAS. Déjate querer.
- Baila como si no hubiera un mañana: suda, mueve el culo, genera endorfinas. Maroon 5, Las Grecas, Modern Talking, Abba, LO QUE SEA, lo que más risa te dé. Baila en todas partes: en tu casa, en la calle, en el gimnasio. Qué más te da lo que piensen los demás.
- Crea tus propios mantras. Mis favoritos son:
“Soy Fabulosaaaaaa”
“Me adorooooo”
“Me importa un huevooooo”
“Me suda el Totooooo”.
Todo esto se repite sin parar con la misma entonación con la que cantamos los “Ommmmmmmmmms”.
Y al ritmo de estos cánticos me despido esperando que os sean de utilidad estos métodos super chorras, pero que funcionan, believe me.