No tienes problema en mostrar tus defectos, porque los tienes asumidos. ¡Lo tuyo es la autenticidad!
Todos tenemos defectos. Y claro que nos jode, nos jode tanto tenerlos como que la gente los note. Pero en vez de avergonzarnos de ellos y esconderlos como la primera cana maldita, debemos mirarlos y esforzarnos por mejorarlos. Eso sí que nos hará sentir mejor con el tiempo.

No te crees el centro del mundo.

No te importa hablar de ti, e incluso si te preguntan cuentas hasta tu comunión, pero nunca tratas de ser el centro de la conversación. Porque te gusta saber de los demás, aprender, escuchar y que los demás se sientan escuchados.

 

Apuestas por ti y te dejas aconsejar.
Miras por ti, por tus intereses. Defiendes tu postura y eso es propio de una persona segura y con personalidad. Pero si alguien te viene con un problema no lo rechazas o estás en modo puercoespín, te gusta escuchar y sacar lo mejor de ello. Porque sabes que tienes que ser sincera contigo y que todos nos equivocamos y que si los demás nos lo comentan es para ayudar (normalmente, claro).

 

Cuando un amigo está mal o necesita consejos, recurre a ti.
Siempre tienes la palabra justa, sabes qué decir, sabes cómo subir el ánimo, ya sea con unas palabras o llevándola a la discoteca a darlo todo. Porque tus amigos saben que los conoces y que harás lo que sea por ayudarles. Y eso demuestra lo grande que eres como persona.
hug

 

No eres de esas que suelta su ristra de éxitos cuando se le pregunta.
Cuando estás con las amigas, en el trabajo, lo primero que se te pasa por la cabeza no es desembuchar toda esa lista de «checks» que acabas de terminar. Hombre, si estás con un amigo de ultra confianza pues le das algún que otro detalle, pero por norma general cuentas cómo has estado en general y te interesas por los demás. Sabes que no necesitas demostrar nada a nadie.

 

Eres única lidiando con las críticas.
A nadie le gusta que le critiquen, pero tu sabes cómo encajar cualquier frase. Sabes que esa sensación de «no me mola» es que en el fondo quieres mejorar esa parte de ti, y te gusta ser sincera contigo misma. Incluso cuando no estás de acuerdo con la crítica de alguien, lo ves como una manera de crecer, en vez de dejar que minen tu autoestima.
claro que si

Te reservas la mayoría de tus logros para ti.
Muchas veces cuentas las cosas buenas que te pasan. Pero no es la tónica general. No eres de esas que van publicando en las redes hasta la hora a la que mean o su última comida. Porque sabes que no es necesario. Te gusta compartir tus éxitos y, cuando lo haces, te sientes orgulloso. Pero, normalmente, encuentras más satisfacción guardándote esos trocitos para ti, para demostrarte que las haces solo por y para ti.

 

Tienes sueños y no pararás hasta cumplirlos.
Sí cariño, todos tenemos un sueño. Pero lo importante es seguirlo, luchar por él. Y tu lo haces, recorres cualquier camino por duro que sea para llegar a tu meta. Y eso es lo más satisfactorio del mundo. ¿Que hay momentos duros? Claro, pero sabes lo que quieres conseguir y vas a por ello a muerte. Ole ahí tú chica.

Sabes reírte de las pequeñas cosas.
Incluso en esos momentos humillantes o del tipo «tierra trágame«, sabes cómo sacarle partido. No te importa reconocer tus errores y arreglar las cosas cuando la has liado
parda
. Y sabes que no es solo decir lo siento, sino hacer lo imposible para solucionarlo.

 

Disfrutas de ti y de tus éxitos.
Normalmente solemos pasar el tiempo pensando en «¿podría haberlo hecho mejor?» o «¿habrá sido suficiente?» y eso nos quita de disfrutar verdaderamente de las cosas. Así que, cuando consigues dejar estos pensamientos de lado y ves lo duro que has trabajado para llegar a dónde estás es cuando te permites sentirte orgullosa de ti. Disfruta de todo el recorrido y de todo lo que vas consiguiendo. Lo has hecho tu y mereces recompensarte siendo feliz.

Autor: @ire.rp