Las listas con consejos (o tips, me encanta esa palabra) para cambiar tu vida molan.

Las leo continuamente y ya también me entretiene sobremanera realizarlas, he decidido hacer uso de ellas para presentaros el fruto de una laboriosa a la par que rigurosa investigación realizada por una servidora.

No voy a darme demasiado autobombo, pero sí que me gustaría recalcar que lo que vais a leer a continuación viene precedido de un arduo trabajo de campo de muchos años, análisis y estudio de innumerables volúmenes y entrevistas diversas a eruditas en el tema.

Vamos pues al ajo, queridas. Tomen nota todas aquellas con carnes gelatinosas, pechotes como para amamantar a una manada, tripa con varios pisos o muslos jamoneros. Estad también atentas las que a duras penas os podéis encajonar en un asiento Ryanair, las que golpeáis con el culo a los compañeros de autobús cuando intentáis salir y, por supuesto, a todas aquellas que tenéis que buscar una sección especial en las tiendas de ropa.

Esto va para vosotras.


7 Cosas que nunca, en ningún caso ni lugar, favorecen a una gorda.

  • 1. La bordería.

Mirad chicas, las cosas claras. Tú buscas “gorda” en el diccionario, ¿y qué te sale al lado? ¿Eh? ¿¡Eh!? Joder, claramente : FELIZ, AMIGABLE, CON GANAS DE SER ACHUCHADA CONSTANTEMENTE.

No es una leyenda urbana o un tópico, ES EL SINE QUA NON de la gordez!! Por amor de dios, un poco sensatez. Ya que físicamente no estás pa echar cohetes (que no lo digo yooo, que lo dicen los estándares socialmente aceptados) y, no nos engañemos, para llegar a la talla 36 te sobra un poco mucho… ¿qué menos que ser sonriente, feliz, dócil y agradable todo el tiempo? Chica, que el reparto de papeles no lo hice yo, eso viene de lejos. De la creación, lo menos:

«Al quinto día, Dios creó a los gordos. Y vió que eran felices. Y fue la tarde y fue la mañana del sexto Día.

Y el séptimo, descansó.»

2 – El Gimnasio.

(Y dónde dice gimnasio, léase también «running», o, realmente, cualquier tipo de ejercicio físico)

A ver, en serio, ¿no os dais cuenta? QUE NO PEGÁIS, COÑO. Al gimnasio se va a lucir abdominales, modelito-licroso-apretujau y culo contorneado.

Ya no os digo que tengáis que estar delgadas, pero joder, al menos medianamente buenas.

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Sé que “la gorda de Zumba” es un personaje ya casi obligado en cualquier gimnasio, pero a no ser que  vayas a ocupar ese papel…en serio, ni lo intentes. ¿Cuidarte tú? ¿Pa qué?

3 – El novio no-gordo.

Ya lo dijo la sapientísima Ana Botella chicas, las peras con las peras y las manzanas con las manzanas.  Si juntas una pera con una manzana (osease , tía gorda con tío delgado, ya que si es al revés no es tan grave) sale una macedonia de lo más antinatural.

Para no caer en este grave error os aconsejo que cuando estéis empezando a conocer a un tío comprobéis el tema del volumen corporal antes de pillaros por él, y así os ahorráis sufrimientos innecesarios.

Visualizad por un momento a ese maravilloso hombre al que amáis, que os ama… y que es más delgado que vosotras. Una imagen monstruosa y aterradora, ¿verdad?. Eso no puede ser sano…

   4 – Una cara bonita.

Lo peor que os puede pasar es ser guapas. De verdad, que no lo digo por decir, es un hecho. Si os movéis en el abanico entre “feilla sin más” y “Orco de Mordor”, genial, os atenéis al perfil adecuado.

Eso sí, como os paséis hacia arriba en el nivel de belleza…MEEEEEEEC error!!!!! Vais a tener que escucharos una y otra vez que si “con lo mona que eres de cara…” , que si “ un pelín que adelgazaras y ya…” , que sí “solo le falla el cuerpo” (si, habéis leído bien, falla, a lo motor de coche estropeado. Falla, no vale, inútil, defectuoso).

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Así, así. Bien fea.

Por vuestra tranquilidad, alejaos de la belleza. Y si sois guapas rematadas y eso ya no hay quien lo arregle….no lavarse los dientes y dejarse mostacho suele dar resultado.

5 – Acicalarse

Muy relacionado con el punto anterior, viene este 5º.

Seamos realistas, chiquillas, alejémonos de imposibles y no perdamos tiempo luchando contra lo obvio y evidente.

¿De verdad os parece que vale la pena peinarse, maquillarse, perfumarse y coquetearse en general, una vez pasada la barrera de la talla 38?

¿Van acaso a desaparecer tus mollas porque te pongas los morros rojos? ¿Ese precioso vestido de lunares te disimula la papada? ¿Se deshace la celulitis al contacto con un delicioso perfume? Contestad todas conmigo : NO.

Asume que no eres atractiva, y nunca lo serás. ¿Que te lo dicen? No te lo creas. ¿Que te lo demuestran? Haz oídos sordos. ¿Que así te sientes? Estás loca, criatura.

6 – Mostrarse en público más allá de lo imprescindible y necesario.

Repasemos una lista de lugares en los que no es conveniente que os hagáis ver demasiado:

Playas, piscinas, duchas públicas, parques y avenidas muy transitadas, discotecas…y podría continuar. De hecho, creo que ni es buena idea que tengáis perfil en las redes sociales. Nada nada, a cancelar, a cancelar. Con todas las macizas que muestran en fotos solo un pelín posadas y pelín retocadas sus vidas perfectas y cuerpos perfectos, ¿para qué leches os hacéis vosotras un perfil? ¿Acaso interesa a alguien?

La razón de este sexto punto es que nada que implique mostrar demasiada carne va a ser positivo para vosotras, ni divertido, ni estimulante, ni siquiera erótico, llegado el caso.

Nada más inimaginable que alguien que no pueda salir en un catálogo de Calzedonia mostrandose en bikini, un poco de pudor, ¡por dios!

¿Y qué decir de darlo todo en una discoteca hasta el amanecer, meneando locamente el cuerpo y disfrutando la música? ¡Pésimo! ¡Fuera de lugar! ¡Ordinario! NO!!                                                                                                                   ¿Pero es qué no os fijáis en los anuncios de perfumes? ¿OS HABÉIS PARADO A MIRAR QUE TIPO DE MUJERES ENTRAN EN LA LISTA VIP? …no, no me suena haber visto a nadie que no pareciera hermana o prima cercana de Gisele Bundchen. ¿Por algo será, no? Por algo será.

7 – Hacer caso a estúpidas listas de internet publicadas por pseudoespecialistas en nutrición y magicólogos varios. Hacer caso a comentarios a toda costa malintencionados. Hacer caso a comentarios bienintencionados pero fuera de lugar. Hacer caso al espejo en los días de bajona. No hacérselo en los días de guapo subido. Escuchar a las tallas que varían en cada tienda. Atender a la puta mierda de imagen “perfecta” que desde los medios de comunicación nos acosa y bombardea mostrándonos lo lejos que estamos de un ideal «necesario» , deseable y completamente irreal.

Es triste tener que aclararlo, pero todo lo anterior no responde más que a un intento de ridiculizar los estúpidos parámetros con los que habitualmente se nos mide a una mujer, y todo aquello que se nos vende como «correcto» o «anhelable».

¿Estás sana? Relativiza entonces los kg de más, los kg de menos, las tetas gigantes o casi inexistentes, que se te marquen unas rodillas huesudas o que tengas mofletes de meloncín. Que seas del montón, que destaques por un extremo o por el otro…siempre que no condicione tu salud, tenlo claro. QUE NO TE CONDICIONE NADIE. Eres una versión única de ti misma, y tu destino lo escribes tú, no esas normas externas que nos hacen llorar, enfadar, infravalorarnos, sentirnos mierda, compararnos con el resto…y que siempre indican que estamos carentes o sobrantes respecto a un estándar imposible.

Quiérete, cariño. Yo sé que no siempre es fácil, lucho día a día con ello.

Pero cuídate, quiérete y cómete el mundo a bocados, o a pellizquitos, lo que te salga del coño.

Estás por encima de todo eso.

Besos salvajes y guerreros!!