A ti, que te escondes tras un millar de inseguridades y complejos, que no brillas como debes, que ocultas quién eres por miedo, me gustaría decirte unas palabras…

Me gustaría decirte que un día te levantarás y todo eso que no te gusta habrá desaparecido. Que tu pelo tendrá el aspecto de ese peinado que desesperadamente intentas imitar; que tu cuerpo será ese que tanto ambicionas, tendrás la altura que deseas; comprarás en las mismas tiendas que tus amigas e intercambiarás ropa con ellas, que tus labios tendrán la forma y el grosor adecuado, el vello saldrá solo donde debe y cada marca de tu piel se borrará bajo un bronceado que cubrirá cualquier desperfecto.

Desearía poder decirte que todo ocurrirá de la noche a la mañana, que no supondrá esfuerzo y llegará como recompensa a todo mal momento. Decirte que no habrá más lágrimas ni dolor por tu apariencia, que todo lo malo ha pasado y de aquí en adelante solo obtendrás lo que quieres, lo que consideras que necesitas para ser más feliz.



Por desgracia, es algo que no puedo hacer, pero lo que sí me gustaría decirte, con la certeza de que será realidad un día, es que llegará un momento en que nada de eso te importe. 

Me gustaría decirte que aunque no te lo creas, una mañana despertarás y serás más fuerte. Puede que nunca te siente bien ese peinado y que compres una ropa que tus amigas no se pondrán, pero eso ya no será un problema, porque habrás encontrado tu estilo, serás tú misma y habrás aprendido a sacarte partido. Cada pequeña mancha y muesca de tu piel contará una batalla y te hará diferente al resto. Tu identidad se forjará en cada decisión que hayas tomado, y aunque ahora sea imposible, mirarás atrás un día y descubrirás que, en realidad, todo el llanto y la sensación de inferioridad fueron de utilidad: te hicieron quién eres. Te convirtieron en tú.

Tal vez no obtengas nunca lo que quieres, pero serás feliz con lo que tienes y llegarás a conseguir lo que necesitas. ¿Y sabes? Te darás cuenta de que lo que te hace sonreír no es una talla de vaqueros, ni se mide en piel lisa o se compra con dinero en una cadena de tiendas para chicas de revista. Sabrás, porque el tiempo habrá pasado y te lo habrá enseñado, que lo único que necesitabas era mirar todo lo que eras, olvidando lo que creías que te faltaba.

Me gustaría decirte que entonces, dejarás de esconderte. Y lo que siempre has estado buscando, te encontrará.