El mundo se va a la mierda. Definitivamente se nos está yendo la olla por completo. Ahora resulta que podemos adelgazar a base de selfie.
Si eres de las que como yo, ha crecido viendo los cuentos de Disney, sabrás perfectamente a qué me refiero cuando te digo que el espejo de Blancanieves ya es una realidad. Y si ese espejo lo utilizaba la mala de la película, es que muy bueno no tenía que ser.
Aplicaciones como Skinneepix lo corroboran. Susan Green y Robin Phillips, sus creadores, decidieron un buen día que si la gente se quejaba de las fotos en las que otros les etiquetaban era, sin lugar a dudas, porque se veían gordos. Así que, no tuvieron otra ocurrencia mejor que diseñar una App con la que poder perder hasta 6 kilos (¡ojo, 6 kilos eh!) Según ellos, lo que querían era promover una imagen corporal positiva.
Estupendo señores. Os habéis lucido. ¿En qué momento habéis pensado que lo mejor para subir la autoestima de la gente es mentir?
A mí, sinceramente, me cabrea y bastante. No solo porque se están lucrando a base de distorsionar la realidad (cobran por descarga) sino porque encima van de buenos samaritanos cuando lo único que están haciendo es ensalzar la delgadez como modelo de belleza.
Cierto es, que somos las primeras que usamos filtros, que nos sabemos las poses que mejor nos quedan y que encuadramos divinamente para salir mega favorecidas. Pero es que amigas, esto es muy diferente. Básicamente porque cuando yo me pongo el filtro Valencia de Instagram o el F2 de VSCO estoy cambiando colores, luces o sombras, pero no estoy aplicando fórmulas matemáticas que distorsionen mis pómulos o mi barbilla. Skinneepix implica que detrás de esta App (que no deja de ser un negocio, todo hay que decirlo) hay un grupo de señores que han trabajado muy duro para decirnos que delgadas somos más guapas, que las gordas no pueden hacerse selfies en condiciones y que todo tu problema reside en 6 kilos de menos.
Señores creadores de la aplicación: yo estoy estupenda con 6 kilos más o con 6 kilos menos (básicamente porque ni se me notan) y os agradezco encarecidamente que os preocupéis por nuestra salud y autoestima, pero para eso ya están los médicos y los psicólogos.
