Eso es así. Hace tiempo que quería escribir sobre esto y cuando la semana pasada leí el post de una compi sobre «Todo lo que aprendes cuando te mudas al extranjero» se me ocurrió que yo he aprendido mucho cuando ha sido otro el que se ha ido.

TODOS tenemos a alguien que en los últimos años se ha ido a trabajar fuera. Cuando ese alguien es la persona con la que vas al cine, descubres restaurantes, programas viajes, tomas cafés interminables, mueres de la risa, lloras si hace falta, pasas tardes en el sofá viendo pelis… tu vida cambia.

Los primeros meses se convierten en algo muy raro porque aún tienes el impulso de llamarle para ir a ver esa peli o probar esa cafetería de la que tan bien hablan en esa revista. Es como tomar aire para hablar y darte cuenta de que nadie escucha. Y callarte.

rsyung-2012053090739-jennygolightly20120515125202coffee_cuporiginalb-original

Pasa el tiempo y nada es como antes, pero te acostumbras. Y aprendes a:

  • Vivir con las diferencias horarias.
  • Adorar locamente a los que inventaron Skype, Facetime, Whatsapp, Facebook e Instagram.
  • Vivir con absoluta plenitud los momentos que pasáis juntos.
  • No ponerte triste porque no está, sino alegrarte de cada contacto.
  • Entender que cada uno debe seguir su camino.
  • Tener claro que NO PASA NADA si no habláis durante semanas porque está ahí FOREVER.
  • Planear tus vacaciones en los sitios donde viven.

A mí se me han ido fuera (MUY FUERA) varios de los humanos más importantes de mi vida. Son mis Golondrinas (por lo de migrar y tal). Una hace tiempo ya, en el siglo pasado. Así que ya tengo experiencia y perspectiva. Nada ha cambiado entre nosotras en los 15 años que llevamos separadas (geográficamente). La amistad no depende del tiempo que pasemos juntas, de si las dos somos solteras, o madres, o de si trabajamos en la misma empresa o somos vecinas. La amistad de verdad se basa en lo que nos une y no en el (enorme) océano que nos separa.

Carrie_and_Stanford_Sex_and_the_City[1]

He aprendido a alegrarme de sus triunfos (que son muchos) a distancia, a vivirlos como si estuvieran aquí al lado y a celebrarlos cuando nos juntamos. Cada conversación es una joyita porque es buscada, planificada y ejecutada a pesar de las agendas y de que yo me levanto cuando ellos se acuestan. Cada encuentro es un Festival Cósmico que nos deja buen sabor durante meses.

También he aprendido que la vida es un no parar de ir y venir, que la distancia no es el olvido y que si algo se muere, desde luego, no es mi amor loco por vosotros.

¿Y tú? ¿Qué has aprendido?

P.D.: Dedicado a mis Golondrinas.

missing you