Creía que había amado, y creía lo que es saber que se te rompa en mil pedazos el corazón. Había llorado a mares y había acumulado momentos en los que pensé ser la mujer más feliz de la tierra. Y entre esas risas también se asomaba la angustia, el miedo a pensar que aquello fuese todo, que no habría para mi un amor así.

Y  llegaste tú y jamás había sentido tanto amor, tanta entrega; ni tanto miedo a perder a alguien. Lo nuestro si que es un para toda la vida, en la salud y en la enfermedad. Tú me has enseñado a ser paciente, a quererme más, a luchar si cabe con más fuerza por mis creencias. Contigo he tenido las mejores risas del mundo, he querido atrapar todos los momentos, me he alegrado infinito de cada uno de tus logros, me he derretido viéndote dormir.

Tú eres el mejor remedio antiestrés que existe, la calma que siempre llega en el día, la persona llena de preguntas que me invita a pensarlo todo de nuevo. Has cuestionado todas y cada una de mis creencias entre risas y me has convencido de la necesidad de seguir preguntándome cosas indefinidamente.

Has conseguido la reconciliación absoluta con mi ser, con mi historia, con mi cuerpo. Me has regalado días de playa sin más preocupaciones que el ritmo de las mareas, caminatas por la montaña en las que he vuelto a descubrir cada detalle, tardes caseras de mimos y bailes mientras la lluvia repiquetea en nuestras ventanas.

Yo que era casi nómada por ti he comprado muebles buenos, sofás grandes y estanterías en las que acumular los libros y la música que nos une. Los tacones se alternan en mi armario con las bailarinas que me permiten recorrer el mundo a tu ritmo trepidante. En mi agenda hay reuniones, eventos, tareas  y… recetas de los bizcochos que te hacen feliz.

A veces no te entiendo, a veces no me entiendes. Pero nunca nos vamos a dormir con un enfado pendiente. A ti no me importa pedirte disculpas las veces que haga falta, por ti merece la pena que cada error sea un aprendizaje. Porque en este amor las dos estamos y estaremos siempre en aprendizaje permanente. Seis años ya, los mejores de mi vida. Los que tú tienes. Mi niña, mi hija, mi amor.

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Imagen destacada: Laura Álvarez para Weloversize