Soy mamá. Desde hace 2 meses y una semana exactamente, pero ahora no me veo en situación de cambiarle los pañales a mi bebé, ni de levantarme por la noche para darle de comer, ni de bañarle cada tarde. Mi hijo ya no está conmigo, se fue al cielo a la semana de nacer y era muy chiquitito.

Soy mamá, una cicatriz en mi tripa me lo recuerda día y noche. Las fotos de mi niño y sus recuerdos también.

Sin embargo la gente no me ve como mamá porque no paseo un carrito por la calle. La gente quiere que olvide que tuve un hijo que se fue muy pronto, y haga como que nunca existió, “hay que pasar página”, “hay que mirar hacia adelante”,” eres joven tendrás más”, por supuesto puedo tener más, pero esos hijos serán sus hermanos, no le van a sustituir.

La gente quiere silenciar mi dolor, mi duelo y mi pérdida. El fallecimiento de un bebé en edades tan tempranas es tabú para esta sociedad. Mi bebé está en mi mente, lo he soñado o me lo inventé, no me puedo creer mamá cuando no tengo a mi hijo conmigo.

Pues sí, el dolor por la pérdida de mi hijo existe, el duelo por la pérdida perinatal existe, y mi hijo existió en este mundo durante una semana y el resto del tiempo en la eternidad de la vida. No me lo inventé, no lo he soñado.

Estuve embarazada durante casi 7 meses, noté sus patadas, ví como crecía dentro de mí en las ecografías y le sentí vivo entre mis brazos y en la incubadora, se fue en brazos de su padre.

La gente aunque lo intente (con su falta de sensibilidad disfrazada de buena intención) no va a silenciarme ni va a obviar mi dolor ni va a hacer que quite las fotos de mi hijo de los muebles de mi casa, ni de mi perfil de whatsapp.

Soy mamá y lo voy a ser siempre, aunque no tenga más hijos y nunca pasee carritos por la calle. Porque ya he tenido un hijo, ya he conocido el AMOR incondicional que se tiene al ver esa carita y el sentimiento de dar tu vida por él.

Mi hijo existió aunque ahora no nos acompañe en la Tierra, pero siempre estará con nosotros. Su sonrisa está en mi tripa y en mi corazón. Y nadie me va a hacer pensar lo contrario por hacerles sentir mejor a ellos o “para no verme sufrir”.

Hay que intentar abrir los ojos a la sociedad sobre la muerte perinatal para que empiecen a respetar nuestro duelo y a dejar de intentar invisibilizar a los bebés que nos dejaron demasiado pronto.

Soy mamá de un bebé precioso que ahora es una estrella, y como tal nos cuida desde el cielo.

Estelita