A mi hija:
Si pudieras verte desde mis ojos entenderías…
Eres ÚNICA, IRREPETIBLE E IRREMPLAZABLE. 
Eres tu risa divertida, tu sonrisa sincera y todas las que provocas cuando las usas.
Eres tu mirada, capaz de hablar en cualquier idioma.
Eres tu espontaneidad, tu sentido del humor, tus payasadas y lo grandiosa que eres cuando bailas en mitad de la calle o te ríes con todas tus ganas.
Eres lo que sientes, lo que crees y lo que das. Eres cuando consuela y  abrazas.
Eres tu deber de proteger, valorar y cuidar  tu vida y al mundo que habitas. .. Son un regalo que se te repite cada día.
Eres el ser incapaz de dañar a ningún ser vivo.
Eres el saber reconocer y pedir perdón cuando te equivoques. Eres tu inteligencia para perdonar por conseguir tu paz y tu bondad cuando puedas perdonar de corazón.
Eres el amor y la ayuda desinteresada que ofreces y tu agradecimiento sincero ante lo que recibes. No abandones a quienes te demuestran con hechos su amor, y sobre todo, no te abandones jamás a ti.
Eres tu empatía y generosidad para con los demás y tu obligación contigo misma de irte de quienes y de donde no te los den.
Eres tu serenidad y comprensión ante lo injusto, lo que no te gusta y lo que no puedes cambiar. Y tu inconformismo e inquietud  siempre por encontrar la forma de cambiarlo.
Eres tu fortaleza, tu resistencia y tu lucha ante los problemas, adversidades y desgracias. Al igual que los momentos felices, forman parte de la vida y ninguno es eterno.
Eres el cariño con que debes mirar a la niña que fuiste, a la que eres, a la que nunca debes dejar de ser y a la mujer que serás. Todas ellas son TÚ, y por lo tanto, como te dije, únicas e irrepetibles. Acéptalas, cuídalas y ámalas con todo, tal y como son, pues constituyen tu tesoro más preciado: Tu persona, quien te acompañará desde el primer al último segundo de tu vida.
Eres tu agradecimiento al pasado, tus reconocimientos al presente y tu ilusión ante el futuro.
Eres tus ganas de comerte el mundo, exprimir cada minuto y todo lo bueno y bonito que se te ponga por delante. Nunca infravalores, desperdicies ni dejes de ser consciente de tu buena suerte y tu lugar privilegiado en el mundo.
Eres tu actitud ante la vida (Ella te mirará con la misma actitud). Eres tu positividad ante todo lo feo e incluso horrible que aparezca frente a ti para aún así poder seguir pensando que la vida es maravillosa porque siempre da más que quita.
Eres el reconomiento de tus limitaciones y la defensora de que nadie te limite. 
Eres la exclusiva y absoluta dueña de tus sueños y la responsable de nunca olvidar que sólo tú puedes arrebatártelos. Nadie ni nada más.
Eres el saberte y reconocerte humana, real y perfectamente imperfecta y sentirte orgullosa de todo ello y de quien eres. Adora tu desastre.
Eres la paciencia que te tienes y las oportunidades que te das. Jamás le des más oportunidades a los demás de las que te des a ti misma.
Eres lo que ríes, lo que lloras, lo que dices, lo que callas y todo lo que debes permitirte sentir.  Que nadie te haga creer que llorar, estar triste, sentir miedo o caerse es de débiles o fracasados. Los que no se atreven a intentarlo a pesar del miedo, no se levantan o no se permiten sentir, SÍ.
Eres las 3 haches imprescindibles en tu camino : tu humildad, tu honestidad y tu honor.
Eres tu educación, tu saber estar y el respeto y la forma bonita con que tratas a los demás. Con todo eso, jamás serás menos que nadie. Pero más tampoco. Simplemente seréis tú y tu orgullo de ser quien eres.
Que nunca te dé vergüenza  expresar tus ideas y sentimientos desde el respeto. Lo único que debe darte vergüenza es ser mala persona. Nada más. 
Eres tus «no» sin culpa y tus «sí» sin miedo. Eres el autoamarte sobre todas las cosas y el respeto y prioridad que le des a tus necesidades y tus tiempos.
Eres como alimentas, mimas, cuidas y proteges tu mente y tu cuerpo. Pero, sobre todo, tu corazón y tu alma. Nadie (ni siquiera yo)  puede hacerlo mejor que tú.
Eres cada una de tus  imperfecciones y defectos y cuán preciosos quieras hacerlos.
El color de tu pelo, de tu piel y tus ojos o los centímetros de altura y de cada parte de tu cuerpo son solo el bonito papel de regalo con el que te envolví para regalarle tu maravillosa presencia al mundo. No es más que eso. No pretendo que infravalores su importancia y su belleza, pero el verdadero regalo, lo realmente importante, iba dentro.
Eres todo ese fascinante conjunto de maravillas que a ti, quizás por tu juventud, aún te cuesta tanto ver y reconocer. Eres todo eso y más.
Por eso puedes ser el amor más increíble de tu vida o tu peor saboteadora. Tu mejor amiga o tu mayor enemiga. Tu mejor suerte o la peor de tus desgracias. Te vas a acompañar siempre y solo de ti depende que esta fiesta y este viaje merezcan la pena y sobre todo, tu alegría. Tu eliges.
Ojalá pudiera prestarte mis ojos para que te miraras. Pero ojalá, ante todo, te elijas a ti siempre y así jamás los necesites.

Mami

Anita Variopinta.