A menudo tenemos la sensación de que en nuestra vida nada va bien. Vamos, que parece que nos han echado un mal de ojo las señoras de los ramitos de romero o que nos ha mirado un tuerto…
¿No os ha pasado esas rachas de estar sin trabajo, que se joda el coche, que llegues a casa y la lavadora pete…? ¿HOLAAA? ¿Algo más por favor?

Cuando tenemos momentos así la verdad es que no sé cómo pretenden que sigamos adelante, o que seamos resilientes, esa palabra tan de moda ahora mismo. Sí, la resiliencia, esa capacidad para superar nuestros obstáculos (que lo veo bien, pero cuando vienen todos juntos…ojú amiga…).
Así que yo pienso… ¿qué puedes hacer en esos momentos?

No te acomodes y haz lo que sea para tirar pa`lante.
A veces nos vienen tantas cosas que pensamos que no vamos a poder con ellas. Pero te sorprendería saber de todo lo que eres capaz. En esos momentos en los que crees que no puedes más, respira y verás como todavía hay fuerzas dentro de ti. Eres capaz de grandes cosas para conseguir estar bien.

Busca algo que te guste y hazlo.
¿Pintar? ¿escribir? ¿ver series en Netflix? Recuerda todas esas cosas que siempre haces cuando estás «bien» y hazlas. Sé que no tendrás ganas, pero es cuestión de repetir, de crearte una rutina, de que no pierdas tu esencia por más jodido que esté el camino. Es una manera de autocuidado. Así que ya sabes, escucha música, ve al gimnasio, cocina, lee…

Encuentra a gente que te escuche y apoye y mantenla a tu lado.
Cuando estamos jodidos tendemos a aislarnos, pero una persona resiliente siempre busca a alguien en quien apoyarse. Puede ser un familiar, un amigo, un compañero de trabajo. Los problemas son mucho más fáciles de atravesar con alguien a tu lado. Así que no temas aceptar ayuda y comparte tus sentimientos.

Búscate.
Medita, pasea, lee en un parque, haz yoga… cualquier cosa que consiga conectarte con tu yo interior. Estar en paz con uno mismo, buscar la tranquilidad es un pilar fundamental para empezar a solucionar todos los problemas.

Hacer frente a momentos jodidos es complicado para todo el mundo. No temas buscar la ayuda de un profesional siempre que lo necesites, sobre todo cuando veas que no eres capaz de disfrutar de todo lo que solías hacer antes.

Eso sí, recuerda una cosa, las cosas no son eternas. Nada dura para siempre. Y al final, siempre, SIEMPRE, acaba saliendo el sol.