Érase una vez, cuando Youtube se convirtió en un enjambre de vídeos virales tan repetitivos que perdimos el norte, el sur y la brújula entera, que un periódico de los denominados serios, se sacó una noticia de la manga haciéndonos creer que «estaba ocurriendo». Me refiero al Experimento Tinder.

«¡ Qué amargada está esta gorda!»- pensarán algunos. Sí, bonitos míos, es la frase recurrente. Pero dejadme que os explique que todo esto viene provocado por los refritos periodísticos con los que me voy topando y que se quieren sumar a la«moda fat». Y, para muestra, la siguiente: entre Noticia La Vanguardia y Nuestro post en WeLoversize existe poco más de un año de diferencia. «Bueno, no seas tan crítica, que es un periódico serio». Sí, será todo lo serio que quieras pero que hagan referencia a un viral de hace tiempo sin determinar de cuándo data, me parece de poca fiabilidad. Y no ya solamente porque omiten una de las «6W» de la redacción periodística (a saber: When? – ¿Cuándo?) sino porque el cierre de la «noticia» es: «(…) si realmente crees que lo que cuenta es el interior, quizás no deberías mentir con tu exterior en las fotos de Tinder.» 

Vale, bien, está bien. Juramos solemnemente:

. Que no volveremos a utilizar ningún filtro en nuestras fotos. Prohibidísimo. Las gordas, al natural. Que si no, damos susto.

. Que pasaremos por alto lo de que ellos nos digan que tienen pareja o que están casados después de que hayamos echado unos cuantos polvos. Eso no es mentir con el exterior, sino con el interior.

. Que como es el interior lo que cuenta, no volveremos a meternos en Tinder ni apps similares. Tenemos acceso vetado o restringido. Bueno, si somos monas de cara, igual tenemos un pase VIP.

Queridos y queridas, amiguitos todos, DEJAD DE INTENTAR TOCARNOS LA MORAL. 

Va en serio, ¿os creéis más guays por estar del lado de las gordas? ¿Desde cuándo iniciasteis una batalla para ganar adeptos a «nuestra causa»? Si de verdad pensáis que vais a ganar lectores, seguidores o «corazones» por esto, parad. No, de verdad, parad. No tenemos ninguna lucha ni encabezamos ningún movimiento, y tampoco necesitamos defensa alguna por vuestra parte. Nuestros kilos de más nos amparan. Estamos acostumbradísimas a ser centro de las burlas desde tiempos inmemoriales, así que nos hacéis un flaco (¡ Uy, qué ironía!) favor cuando vais de justicieros por la vida.

Y lo catalogáis como tendencia porque antes de este año no existíamos, ¿ no? Ah, no, esperad… Que es que no se nos daba bola (¡Uy, otra ironía!) en redes sociales ni en medios audivisuales. Y ahora lo hacéis por partida doble, como doble somos nosotras. ¡ Qué happy flower todo!

Porque está claro que las gordas no ligamos ni somos objeto de deseo de otras personas, no nos socializamos por miedo a quedar en ridículo, no usamos ropa ajustada o corta porque tenemos que ocultar nuestras chichas, no nos maquillamos porque, total, ¿quién se va a fijar en nuestra cara envueltas en tanta grasa, no?. Tampoco acudimos a eventos, presentaciones o fiestas, ni tampoco se nos ocurre acceder a profesiones de cara al público, obviamente, no vaya a ser que nos apedreen. Bueno, y ya ni hablemos de querer trabajar como modelos, actrices o cantantes. ¿ Cómo vamos a exponernos a una profesión tan crítica con el físico? No, no. Que ahí seguro que pasamos desapercibidas e incluso, ¡ quién sabe! hasta pillamos cacho con alguien, que en esas noches van todos ciegos. Y por eso, usamos Tinder, para mentir.

¡¡Por favor y sin favor!! Dejad de lucraros interiormente, de sanar vuestras conciencias y no publiquéis como novedades las noticias ya ocurridas hace tiempo, en un burdo intento por ganar adeptos y criticar que hacemos apología de la gordura. Porque, queridos y queridas, amiguitos todos, publicando al día siguiente la misma noticia pero con roles distintos, Cita Tinder Hombre Gordo. La Vanguardia, no estáis limpiando vuestro error. Al revés, cerrando con un  «A pesar de su éxito, muchos usuarios piensan que se trata todo de una broma sin ningún tipo de valor sociológico, cuyo objetivo es hacer quedar a los hombres como superficiales», ponéis en entredicho el por qué de ambas publicaciones. ¿Ahora defendéis a las gordas o a los hombres que rehúyen a las gordas? A mí no me queda nada claro. ¿Será que, entre tanta grasa, no ponemos en funcionamiento nuestro cerebro? Ay, disculpadme. Voy a prepararme otro refrito. ¿ O era sofrito?