Como buena seguidora vuestra, os sigo por facebook y allí vi la captura de pantalla de lo que una «dietista» dijo respecto a la página.
Me molestó mucho, yo tengo sobrepeso y siempre me enfadan ese tipo de comentarios. Pero lo que no sabía era que iba a vivirlos en mis propias carnes esta misma mañana en mi cita con el endocrino.
Es por eso que os escribo lo que me ha pasado.
Os cuento:
Yo esta mañana tenía cita con el endocrino, de motu proprio pedí a mi médico de cabecera que me derivara para poner fin a mi sobrepeso. Pues bien, creo que nunca me había sentido tan humillada en la consulta de un médico.
Para no entrar en demasiados detalles y no escribir la biblia aquí, os resumo que lo que ha venido a decirme literalmente es que tengo los ojos muy bonitos para estar tan gorda y que sería muy guapa si adelgazara y que por qué estoy así siendo filóloga, con lo bonita que es esa titulación, como si eso tuviera algo que ver.
El buen hombre, no contento con haberme hecho sentir una caquita al decirme esas cosas, también ha querido avergonzarme después cuando estaba en la sala de espera, saliendo al pasillo a decirme delante de todo el mundo (que se ha quedado como yo, a cuadros) dónde tenía que sentarme para estar lo más cerca posible de la puerta de consulta, como si yo fuera un corderito o ciega o tonta.
Todos y todas sabemos que el sobrepeso a la larga causa un montón de problemas y enfermedades. Hasta ahí todo bien, yo he ido al médico para evitar eso y con la convicción de que aunque no tenga el colesterol alto ni ningún problema del estilo, quiero que me enseñen a controlar la ansiedad con la comida.
No sé vosotras, pero a mí a veces me cuesta asimilar que haya tantos médicos que simplifiquen el estar gorda al ‘como mucho y me muevo poco’. Detrás de un atracón hay una causa y la mayoría de las veces está más relacionado con tu estado psicológico o mental que con tu cuerpo, que lo de que hay que comer más lechuga y mover más el culo ya lo sé yo, que yo lo que quiero es saber cómo narices controlar mi ansiedad y cómo evitar comer cuando me siento mal o tengo un problema.
Lo que sí tengo claro es que yo no he ido al médico para que me diga que si adelgazo estaré guapa porque querido doctor Caviola, yo YA soy guapa y si usted no es capaz de verlo tiene un problema muy grande. Si decido perder peso es por estar más saludable, no más guapa, que eso ya lo soy. Qué lástima que la empatía no la enseñen también en las facultades de medicina.
¿Sabéis de qué me han dado ganas? De meterle por el culo el manual de gramática de Alarcos, para que vea cómo nos las gastamos las filólogas (gordas).
A estas alturas no me cabe en la cabeza que haya gente que piense que las gordas somos feas por el simple hecho de estar gordas y que no sean capaces de ser empáticos y no caer en el insulto fácil. Terminar llorando en la sala de espera de la unidad de endocrinología no estaba entre mis planes esta mañana.
Muchas gracias por leerme , chicas y enhorabuena por vuestro éxito y vuestro libro. Deseando estoy tenerlo entre mis manos.
Un abrazo,
