Que la gordofobia es un mal que afecta a muchas personas injustamente es más que sabido. Lo que quizás no esté tan claro son los motivos por los cuales nace dicha gordofobia. Y hace poco en una de mis tardes de aburrimiento, me dio por ponerme filosófica y en intentar averiguar cuál es el origen de esa mierdosa ‘’fobia’’. La pongo entre comillas porque al igual que la palabra ‘’homofobia’’, no me parece un miedo irracional ni algo a lo que de verdad se le deba ‘’temer’’, sino que más bien es algo ocasionado por prejuicios estúpidos.

Y para hacer este análisis, me he fijado en el ejemplo de mi vida, en las situaciones que me han pasado desde que era una enana que devoraba  American Donuts día sí y día también (¡que vuelvan ya porfa!) y se embobaba con películas Disney (todavía) hasta la actualidad.

Desde que era muy pequeña, siempre he sido gordita. He tenido mis épocas en las que estaba más y menos gorda, pero siempre lo he estado. En todas mis clases, siempre era de las que destacaba en cierto modo por su peso, pero de forma un tanto rara, ya que era la gorda de las delgadas, y la delgada de las más gordas. Nunca he sabido cómo catalogar a esa parte intermedia en la que todavía sigo.

Las primeras experiencias con la gordofobia que tuve fue por parte de mi familia. Me encantaba comer. Disfrutaba comiendo, sobre todo cosas que no son precisamente saludables. Y como buena niña pequeña que se precie, adoraba las chuches. Me hacían muy feliz, hasta que familiares míos empezaron a soltarme frases tipo ‘’No comas tantas porquerías’’, ‘’Si comes tantas chucherías te vas a poner muy gorda y fea’’, y sobre todo, una de mi madre que me dolió en especial, ‘’Te vas a poner que no vas a caber por las puertas’’, me decía enfadada cuando apenas tenía ropa que me quedara bien.

Con los años, las cosas fueron a peor. Sufrí bullying en mi niñez y adolescencia, durante nueve duros años, pero ese tema da para otro texto. Me hicieron sentir tan mal, que la única vía de escape que encontré fue la comida. Y si juntamos mucha comida basura, más un metabolismo jodidamente malo, nos encontramos con un gran subidón de peso. Mis continuas depresiones me hacían pensar que no valía nada, y que mi sobrepeso era el culpable de todo ese bullying. Aun así, nunca me insultaron ni dijeron nada en relación a mi peso, al menos, no directamente.

Pasamos a la pubertad y adolescencia. En una comunión estaba comiendo con los otros niños pasándolo bien, a mi bola, cuando una niña que no conocía me preguntó mi edad. Al decirle que tenía doce años, me contestó ‘’Pues pareces mayor, porque como eres muy gorda…’’ Me quedé en plan WTF. Tal vez no tuviese malas intenciones, pero esas cosas duelen mucho, sobre todo cuando estás en plena pubertad y tienes más complejos que pelos en la cabeza. Y además, que ella tampoco era lo que se dice delgada. No entendía por qué todo el mundo estaba tan pendiente de mi físico ni por qué era tan importante.

Mi familia de vez en cuando seguía soltándome joyitas tipo ‘’Con la cara tan bonita que tienes, es una pena que estés gordita’’, o algunas chicas de mi clase, cuando un chico no muy agraciado se interesó por mi, y yo no estaba segura de querer hacer nada con él, y me dijeron con toda la mala leche del mundo ‘’Confórmate, ninguno de los dos puede aspirar a más’’. Sobra decir que nunca más quise volver a verla. De hecho, hoy en día sigo sin entender por qué se portaron así conmigo.

Aparte de todo eso, crecí acostumbrada a ver imágenes y chistes de gordos, y creyéndome todos los estereotipos que se tienen sobre ellos. Y de hecho, sin ser consciente, yo también fui gordófoba, diciendo o pensando cosas como ‘’¿A la gente gorda le gusta estar así?’’,’’Solo siendo delgada seré feliz, los delgados siempre son guapos y no tienen ningún complejo’’…Ahora iría al pasado y me daría un par de hostias.

He de decir que cuando me encontraba en una de estas depresiones relacionadas con esos kilos de más, descubrí Weloversize y me enamoré por completo. Me cambió la vida, y desde entonces puedo decir que soy la gordibuena más guapa y con las curvas más peligrosas del lugar. He aprendido a quererme mucho, y se lo debo a todos los que hacen esto posible. Muchas gracias <3

Pero a lo que iba es, ¿es la gordofobia genética o un comportamiento aprendido? ¿Se nace odiando a las personas con sobrepeso, o es lo que te enseñan?

Yo creo personalmente que la culpa de todo esto la tiene la sociedad hipócrita, injusta, exigente y superficial en la que vivimos. Nos bombardean día y noche con imágenes de cuerpos irreales y perfectos y nos dicen que sólo así se puede ser feliz. Y ya se sabe que los niños pequeños son como esponjas. Absorben todo lo que se les enseña, y esas ideas se quedan en sus cabezas sin que lo noten. Nunca ven una princesa o un superhéroe gordo. Los únicos personajes gordos que ven son los malos o personas de las que uno se puede reír, y crecen con ello.

Y yo propongo cambiar eso. Yo propongo enseñar a los críos a respetar a todas las personas, sea como sean. A enseñarles que lo importante es el interior, y que ser una persona gorda no significa ser una persona fea, ni fracasada, ni que no pueda tener éxito en la vida. Y sobre todo, que puede tener una salud mejor que la de muchas personas delgadas.

Mari Ángeles Utrera Martínez ha hablado.