Coincides con una excompi de la uni (que te hizo la vida imposible) y su novio en un bar. Te lo presenta y habláis de buen rollo todos. Te pregunta por tu vida y te dice que si tienes Instagram para mantener el contacto. Se lo das y ves la cara de sorpresa al ver que tienes unos cuantos seguidores más que ella. Pasa un tiempo y su novio te pone likes pero ella no. Pasa más tiempo y su novio te escribe DM’s educados con un punto flirt (y que a mí no me haría ni puta gracia que mandase mi novio). Evitas contestarle con frases, solo emoticonos y «gracias».

Un día pasa esto:

La conversación siguió con mi educada respuesta, poniéndole en su sitio. Pensé en mandarle el pantallazo a la novia, una chica que me lo hizo pasar fatal en la universidad por estar gorda. Pensé que era cachondo que justamente su novio se muera por sobarme mis pechotes de gorda y seguramente alguna de las veces que se la beneficia, pensará que soy yo. Pero no, decidí mandar nada, soy feliz pensando que dos malas personas se han encontrado y comparten su vida. Dos gilipollas menos con los que cruzarse por el camino.

Bye_daniel

Pero empecé a pensar en todos los mensajes que me habían llegado por Instagram en las últimas semanas y me di cuenta de que estaba aguantando lo inaguantable, solo por el hecho de que estoy acostumbrada a que me digan obscenidades sobre mis tetas o mi cuerpo entero. Y me dio rabia, porque por culpa de 4 gilipollas nos hemos ACOSTUMBRADO a que nos falten al respeto y se crean con derecho a decirnos lo primero que se les pasa por la cabeza solo por ser mujer.

Una foto publicada por rebecagomezpolo (@rebecagomezpolo) el

Las tetas, esa parte del cuerpo por la cual las mujeres parece que tenemos que disculparnos. Disculparnos porque por nuestra culpa muchos hombres pierden la cabeza y nos agreden verbal y hasta físicamente. Es que ya nos vale, llevar escote, llevar bañadores, llevar bikinis, llevar un bolso cruzado, llevar una camiseta ajustada, llevar una camisa que decide desabrocharse por culpa de un botón juguetón que no se mantiene en su sitio. Y ahí está, la excusa para que alguien decida pararte por la calle, enviarte un mensaje o gritarte desde un coche. Para que se crean con derecho a decirte lo que harían con esa parte de tu cuerpo que tú sueles obviar.
«Te comería las tetas, te apretaría las tetas muy fuerte, enterraría mi cara en esas peras».giphy
Pero claro, es tu culpa, tú has decidido salir de casa con ese escote para que te miren, has decidido hacerte esa foto en la que tus tetas son las protagonistas y tú has decidido ir a la playa con ese bikini que no consigue evitar que tus tetas se muevan arriba y abajo cada vez que saltas para alcanzar una ola, porque nena, tú decides eso, es tu puta culpa. Tú y solo tú eres responsable de todo lo que te puedan decir y hacer. Tú y solo tú eres responsable de sentirte mal por cada mensaje que recibes de hombres que no saben controlar sus impulsos babosos o su polla en los pantalones. Todas somos unas putas, siempre y cuando no les sigamos el rollo. Todas somos unas cerdas, siempre y cuando les llamemos la atención. Todas nos buscamos esas situaciones, porque ellos no saben comportarse como personas civilizadas.
giphy
Basta ya, babosos de mierda. Son mis tetas, las saco porque me sale del chumino y porque están ahí, como mi puta cara. Y, PORFAVOR, basta ya de mandarme mensajes de salidorro pajillero que cree que va a conseguir algo porque cree que soy una gorda acomplejada. Estamos gordas, no desesperadas. No me estás haciendo ningún favor pensando que tienes que decirme lo que me harías en las tetas o en el culo, NO NECESITO SABERLO.

Lo dije en su día y lo vuelvo a repetir: SI LLEGAS HASTA MI CUENTA NO CREAS QUE CUELGO FOTOS LIGERITA DE ROPA PORQUE DESEO TUS COMENTARIOS O QUE ME EMPALES. ESTA CUENTA NO ESTÁ HECHA PARA TI Y TU POLLA. ESTÁ HECHA PARA MIS SIRENAS Y EL EMPODERAMIENTO DEL CUERPO FEMENINO.