¡Señores! Sí. Soy gorda, voy en silla de ruedas y he tenido novio. Y quien dice novio, dice follamigos, quiquis de vez en cuando y un lío de una noche. Parece que todo este manjar no puede entrar en la cabeza de mucha gente. No son capaces de entender que puedes igual que los demás. Se puede disfrutar del sexo aunque vayas en una silla de ruedas. No es ningún impedimento para ello, al igual que tampoco lo es para tener pareja. Ni lo es por tener unos “kilos de más”. Tan solo se trata de aceptarse, y quererse una misma. Ya existen demasiados prejuicios en la vida como para encima ponerse más ¿No creéis?

Que no todo es un físico perfecto. Pero ¿Quién dice que el mío no lo sea? ¿El nuevo anuncio de Vitalinea? ¿O esta sociedad? La que nos está imponiendo día tras día unos cánones de belleza que quieren que sigamos. Que todo lo que se sale de lo «normal» ya no lo queremos. Que una talla 42 se considere talla grande. ¡Venga ya! Y ya el colmo de los colmos, son las SÚPER TALLAS, esas malditas que con el paso del tiempo van encogiendo y cada vez son más pequeñas. Y sí, habéis leído bien. No penséis que es una justificación para seguir comiendo lo que me da la gana, que también. Pero cada vez las hacen más pequeñas, y de usar una L a tener que comprarte una XXL porque es tan sumamente pequeña que las mamellas no caben y las lorcillas te asoman por el bajo. Y comprarte dos tallas más no sería un problema si en todas las tiendas y digo TODAS hiciesen tallas para la diversidad que habitamos en el planeta.

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Luego están los que además de no entender qué haces con un tío a tu lado, no se les vaya a ocurrir pensar que es tu novio, nooooo! Faltaría más. Será tu hermano, tu primo o el vecino de tu abuela que quiere hacerte compañía. Te miran con cara de «pobrecita, seguro que sigue siendo virgen» o «con lo guapa que es de cara y seguro que nadie la quiere«. Y demás sandeces que pasan por la mente de la gente de la que os hablo. Pues perdonad que os diga pero a este cuerpo serrano no le hace falta ninguna carita de lástima. Porque mi chichi siente igual que el vuestro, porque de momento ningún tío no se ha querido acostar conmigo por estar gorda, es más, nunca he tenido ninguna queja al respecto.

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Así que desde aquí hago un llamamiento para que la gente anclada en el pasado abra la mente. Para que nos dejemos de hipocresía y nos consideremos todos iguales, porque lo somos. Que dejemos atrás los prejuicios que nos privan de ser más felices. Cómete el mundo seas como seas y no dejes que una mente octogenaria guíe tu vida.

Autor: Ester

Fotos de la gran Wheeling Along 24