Hace unos días pedí a los loversizers que compartieran en Instagram una foto en la que mostrasen orgullosos sus carnes morenas usando el hashtag #WLSFatPride . Me pasé el día cotilleando vuestras fotografías porque, he de confesarlo, me encanta ver a la gente orgullosa de sí misma.
Generalmente estamos acostumbrados, sobre todo ahora, con el veranito y la playa, a terminar hasta el moño (sustituyan la m por la c) ante el ingente número de fotografías que pueblan nuestras redes sociales en las que nuestros amiguitos y nuestras amiguitas lucen el estupendo palmito que se han estado currando durante el invierno. Musculitos, musculocas, runners, dietas afortunadas… ¡qué suerte haberse fijado una meta y haberla conseguido!
Pero… ¿y qué hay de todas esas personas que no se apuntaron a un gimnasio, que no tienen un reloj que cuenta las calorías que queman a lo largo del día o que todos los lunes se pusieron a dieta pero cada miércoles tiraron la toalla?
¿Se puede lucir cuerpo en verano aunque fracasaras en la operación bikini? ¿Se pueden llenar las redes sociales de fotos de tus lorcitas? ¿Se puede disfrutar de un día de playa aunque de tu bañador se pueda sacar tela para vestir durante un año a Kate Moss? No, no se puede: SE DEBE.
En verano todos nos merecemos disfrutar, independientemente del tamaño de nuestras barrigas. El verano nos ofrece un sinfín de placeres que no podemos perdernos, sea cual sea la talla de nuestro pantalón. Yo he sido la primera que se ha pasado un verano entero sin darse ni siquiera un remojito piscinero por no tener el suficiente valor para hacer frente a la frustración producida por no entrar en la ropa del verano pasado, y ahora que por fin he podido disfrutar de un día de playa después de años inventándome excusas para no pisar una, quiero recordaros a todos que el verano también es para los gordos y que no hay nada más bonito que ser consciente de que Greenpeace podría confundirte con una ballena si te atreves a tumbarte en la orilla del mar pero te tumbas porque te encanta. Y si viene un barco a rescatarte, que venga, que tú estás a gustísimo remojándote los bajos con el vaivén de las olas.
¡Gordos, gordas: este verano es el nuestro! ¡Que si no vais a la playa sea porque sois más pobres que una rata, pero nada de esconder carne por miedos que solo están en nuestras cabezas! ¡Sacad las lorcitas al sol, y, ya que las sacáis, subid vuestras fotos usando el hashtag #WLSFatPride, que allí estaré yo actualiza que te actualiza para no perderme vuestras patas negras!
