El Body Positive no es un sprint. Es una carrera de fondo. Son días, semanas, meses, años de esfuerzo, de lucha, de superación. Y como toda carrera de larga distancia tiene sus altibajos; tiene esos momentos de euforia en los que sabes que estás consiguiendo tus objetivos y en los que nada ni nadie te va a apartar de ellos. Pero también tiene esas cuestas, esos momentos de bajón en los que miras hacia adelante y crees que no lo vas a conseguir, que otros van a lograrlo, pero tú no.

En los momentos de euforia te miras al espejo y te dices lo mucho que te quieres, lo mucho que vales, lo mucho que has conseguido y que vas a seguir consiguiendo. Sabes que la lucha no termina y que quedan muchas batallas por ganar, pero que tú puedes con todas ellas y con muchas más, porque no vas a rendirte nunca. Porque no estás sola, porque en este movimiento hay muchas más mujeres que, como tú, luchan cada día para que todas seamos aceptadas y valoradas de la misma manera.

A veces necesitas una pequeña ayuda, un pequeño empujón… Quizá no te has levantado con el mejor pie, pero un comentario, verte de refilón en el espejo, una mirada por parte de alguien… te vuelven a recordar que eres una tía top y que no importa tu talla, tu color de piel o el aspecto de tu pelo, que tú estás por encima de todo eso. Que tu valor como mujer, como persona, no está determinado por lo que dicta la sociedad, si no por lo que tú decidas que vales.

Y otras veces no te sientes body positive en absoluto. Tal vez sea cosa de un día, o de unas semanas o incluso hayan pasado meses y tú sigas sin gustarte cuando te miras al espejo. No te ves bien con ese bikini que el año pasado luciste con orgullo. De repente no te gustan tus rodillas o tus brazos. Ya no quieres ponerte faldas cortas ni camisetas de tirantes y hace tiempo que no enseñas algo más de escote.

Quizá pienses que te has rendido y has perdido la batalla, pero ¿sabes qué?, que no pasa nada. Es difícil ser feliz los 365 días del año, igual que no tenemos porqué sentirnos a gusto con nuestro cuerpo todos los días.

No has perdido la batalla, simplemente has flaqueado en un momento de debilidad, pero no pasa nada. Todos hemos estado a dieta y un día nos la hemos saltado porque nuestro cuerpo nos lo pedía. Todos hemos estado motivados para ir al gimnasio casi a diario y una semana no hemos ido ni un día porque no nos apetecía. Hemos caído fumando un cigarro a pesar de haber dejado de fumar, o hemos vuelto a tropezar con esa misma piedra con la que nos habíamos prometido no volver a tropezar en la vida.

Que levante la mano quien no haya tenido nunca un momento de debilidad… Somos humanos y tenemos derecho a fallar, a tropezarnos, a caernos…, pero siempre sabiendo que tenemos que volvernos a levantar. Que no hace falta tirar el bikini por no ponértelo este año, quizá te lo pongas el año que viene, o no, porque habrás descubierto lo imponente que estás con bañador. Que no hace falta guardar para siempre esos vestidos cortos porque, aunque este año no queremos enseñar las rodillas, ellas van a seguir ahí, y tal vez el año que viene decidamos volver a sacarlas a la luz.

El problema no es caer, el problema es no saber levantarse. Y no soy menos body positive por no enseñar mi escote, mis piernas o mi tripa. Porque mi lucha sigue en pie aunque por fuera no ponga mi mejor cara. Y es que el body positive tiene más que ver con lo que tienes dentro que con lo que muestras fuera.