El carnaval sirve para reivindicar las desigualdades y hacer visibles los problemas del día a día. Pero si a esto le unimos unos tacones de vértigo, mucha purpurina, una buena banda sonora que nos haga querer mover el culo, maquillajes imposibles y un buen tanga tenemos…. LA GALA DRAG QUEEN DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA.

Y es que este año además de vestidos y coreografías de quitar el hipo, la gala se llenó de reivindicaciones, superación, normalización de los cuerpos y muchas, pero que muchas ganas de cambiar el mundo y hacerlo mejor.

El mensaje de la gala fue claro desde el principio: La maldad está en el ojo del que mira.  Y se hizo aun más claro con el apoteosis final en el que la ganadora del año pasado, Drag Sethlas, volvió a demostrar que no hay mala intención posible ante la belleza de las cosas bien hechas y en las que se pone cariño y respeto. Fue una de las puestas sobre el escenario más ovacionadas, incluso por los propios presentadores. (¿A quién molesta entonces que se haga una performance basada en figuras bíblicas?)

Para los que no lo sepan, Drag Sethlas se ganó las demandas de la comunidad cristiana por usar la figura de la Virgen y Cristo crucificado en su córeografía del año pasado.

Y nada de maldad y mucho de bondad se pudo ver en los corazones de las reinas de la noche, que dejaron ver su repulsa al bulling y al acoso escolar por cuestiones de genero o de orientación sexual. También contra el maltrato animal, muy bien hilado con una performance inspirada en Cruella Deville y Lady Gaga por Drag Vulcano.

Tiempo para reivindicar los cuerpos no normativos, como el de Drag Arush que es un oso muy orgulloso de su condición, y que lo demostró poniéndose un arnés de brillantes y un tanga azul que dejaban ver su barriga, SÍ barriga. Imaginaos, un gordo compitiendo con personas delgadas, en tacones y con brillantes, ¡IMPENSABLE!  Para mi fue una de las actuaciones más brillantes de la noche, que nos demuestra que los prejuicios son lo que empobrecen nuestra sociedad y que todos estamos al mismo nivel y tenemos las mismas posibilidades.

Y de mismas posibilidades y mucha pasión va la cosa de Drag Trisómico, al que tener síndrome de Down no le impide llevar a cabo su pasión o Drag Noa, que es transexual. No se les discrimina por su condición psíquica o física, sino que reciben el apoyo y cariño de todas sus compañeras.

A mi me han hecho creer que un mundo nuevo es posible, que solo tenemos que seguir sus pasos. Dejar de ponernos límites, aceptarnos tal cual somos y sacar nuestra mejor sonrisa para deslumbrar al mundo. Los prejuicios son algo que debemos de dejar atrás (por cierto que las gradas estaban llenas de niños) y que cada día estamos más cerca de conseguir.