Se está convirtiendo en legendaria la rivalidad entre «dueños» de perros y gatos. Puede que seamos muy diferentes según si elegimos tener un animal u otro, y que los que tienen ambas mascotas sean la digievolución final, pero hoy vengo a hablaros de las diferencias que nos unen. Es decir: cosas que pasan de forma diferente pero hacen que los compañeros de perros y gatos, en realidad, seamos idénticos.

  • El carácter de la persona. Según lo que decidas adoptar (mejor que comprar):
    • Gato: se dice que buscas dar amor, que eres más inteligente, de tipo introvertido y forma de ser observadora.
    • Perro: se dice que buscas recibir amor, que eres sociable y te gusta divertirte.
    • Cada persona es un mundo y tiene sus preferencias, pero lo que está claro es que eres una persona que se preocupa por los animales y por tanto eres sensible y de buen corazón.
  • El carácter de la mascota. Son radicalmente distintos:
    • Gato: con diferente nivel de esnobismo, hay gatos muy cariñosos y otros muy ariscos. Te quieren, sí, pero decírtelo es algo secundario.
    • Perro: eres su dios encarnado, así que un perro te seguirá hasta el fin del mundo por mucho que crea que es una estupidez supina lo que estás haciendo.
    • Al final, para ambos tipos de mascota eres alguien sumamente importante, el proporcionador de comida, quien los quiere y los cuida, y eso se queda grabado a fuego en sus cabecitas.
  • El dormir. Tu rutina de sueño se va a ver modificada, porque:
    • Gato: es posible que te despierte de madrugada porque ha decidido montar un festival en el pasillo o porque le apetecía cazar tu pie.
    • Perro: seguramente tendrás que levantarte a una hora concreta para que pueda hacer el primer pipito del día.
    • Así que acepta que vas a tener que adaptar tus horas de sueño a la mascota.

«¿Quieres pelea, pie, me estás buscando?»

  • La comida. Comer puede ser más entretenido que de costumbre:
    • Gato: si le gusta el olor de lo que estás comiendo, puede aparecer para exigir que compartas eso, aunque si lo haces puede cambiar de opinión y decidir que ya no lo quiere. Y también puede considerar estupendo pasar por encima de la mesa porque llevabas mucho tiempo sin observar al gato.
    • Perro: depende de cómo lo hayas educado, será de los que están pidiendo y babeando a tu lado o de los que son invisibles hasta que acabas de comer… pero que te observa. Para meter presión.
    • En cualquier caso la compañía y atención la vas a tener, eso seguro. Puedes pegar carteles por casa con las horas de la próxima función de «Comer. El espectáculo».
  • Jugar con la mascota. Es una parte genial de compartir tu vida con un peludo:
    • Gato: seguramente vas a jugar mal y te juzgará por ello, pero no tiene más opción que divertirse contigo. Los juguetes de cuerda, plumas, pelotas pequeñas y ratas de juguete van a invadir la casa. Y lo sabes.
    • Perro: ¡tírale la pelota, tírale la pelota! Normalmente les encanta jugar, correr, saltar y brincar (aunque también hay perretes muy vagos o sin interés por ciertos juguetes).
    • Así que los ratos que vas a pasar jugando con ellos van a ser muchos, variados y muuuy divertidos. Porque todos son divertidos, cada uno a su manera.

En definitiva, los perros y los gatos son muy distintos, y seguramente tienes un tipo de animal preferido, pero una mascota tiene el superpoder de alegrarte el día, sea cual sea su especie.

 

Bonus track: el título del artículo viene de la película La verdad sobre perros y gatos. Así que si te gustan las comedias románticas con algún personaje acomplejado por su físico, échale un ojo. Le recomendaremos WeLoversize a la protagonista.

 

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