Cuántas veces hemos hecho algo por miedo al rechazo social o a quedar excluído de nuestro grupo de amigos. Cuántas veces nos hemos dejado llevar por lo que la mayoría quiere y hemos dejado de lado nuestros gustos para que no nos dejen de lado a nosotros.
Puede que estos comportamientos os parezcan más de críos o adolescentes pero seguro que lo seguís haciendo aunque no lo creáis.
¿Acaso no has ido a algún sitio donde todos querían ir aunque tú lo odiabas para que no te dejaran atrás, o has dejado de hacer algo sólo porque los demás lo verían raro?
A veces, es inevitable pasar por el aro de otros por miedo a parecer antisocial o aburrido, pero otras es necesario que seas tú mismo para no alejarte de quien eres. Y créeme, si alguna vez te rechazan, al menos que sea por lo que de verdad eres y no por lo que has fingido. Porque al final, por mucho que te pongas esa careta, ésta caerá tarde o temprano.
-Te sentirás bien.
Parece bastante obvio pero no es tan fácil de conseguir. Quizá en algún momento decidas tomar el camino que más te gusta a ti, pero sentirás que no estas haciendo lo correcto y tendrías remordimientos cada vez que lo hagas. También es verdad que si decides hacer lo contrario, sentirás que te estás traicionando a ti mismo.
-Quien te quiere juzgar te juzgará hagas lo que hagas.
¿Te gusta llevar una falda de cuadros escoceses por los tobillos? ¡Llevala! A quien le gustes no le importa y a quien no, ¿que importa?
-Tarde o temprano habrá alguien a quien lo que más le guste de ti sea tu originalidad.
-Estarás más relajado.
Aunque no lo parezca, ser uno mismo es relajante porque no tienes que tener miedo a decir o hacer algo que incomode a los demas.
-Serás más atractivo para los demás.
Si eres tú mismo serás más feliz, y ser feliz aumenta el atractivo (lo leí en algún sitio), y además, ser diferente mola.
Y tú ¿prefieres caer bien y ser infeliz o ser tu mismo y que les den?