Quizás sea porque es verano y en verano ya sabemos que todo lo que has querido ocultar en invierno sale a la luz. O eso o te achicharras y mueres en tu propio sudor, y no es plan.

Quizás es porque siempre he sido una persona observadora y de las que cuando voy por la calle me gusta fijarme en la gente, en sus sonrisas, en si tienen cara de cansados. Y sobre todo, últimamente me fijo en la cara que ponen al ver a una gorda vestida de verano. Últimamente siento los focos a mi persona.

Es increíble la cara de atención que ponen al ver como tus piernas se rozan y eres tan atrevida de ponerte un short, o el gesto de sorpresa al descubrir que pese a tus cien kilos has decidido que tus piernas puedan ver el sol y no morir en el intento, o es que quizás les asombre que hayas encontrado tanta tela para vestir tu gordura.

Y yo pienso que , aunque parezca mentira, en pleno siglo XXI, todavía la gordofobia mueve montañas y un duende cabrón se adueña de esas personas, mostrando su opinión en forma de mirada de desprecio. Imaginemos que hiciésemos lo mismo con personas que tengan calvicie, con los miopes que lleven gafas, con las señoras que o con cualquier persona que tenga una característica física concreta.

Es mejor no imaginarlo, porque ese mundo sería muy triste. Señoras y señores con cara de acelga al ver lo que ellos consideran defectos de los demás. Defectos que son simplemente aquello que me diferencia, a mi de ti , y a ti del resto.

Parece que ser o estar gorda implica vestir tapada todo el año, como si con eso estuvieses diciéndole al mundo ¨estoy gorda, pero tranquilos, intentaré taparme para que no sufráis¨, parece que cuando una lleva más de una 46 tiene que pedir permiso para ponerse una falda corta, parece que mis kilos de más perjudican gravemente la salud de otros, como si fuesen ellos los que sufrieran las rozaduras en los muslos.

Y todo lo parece porque en realidad nada es así. Vistámonos, todos, como buenamente consideremos oportuno. Enseñemos la carne que nos apetezca y, sobre todo, respetemos, ya sea en forma de palabra, mirada o gesto.

Ana Gayoso.

Autora de MISSCOSASBONITAS.