Sabías que este día llegaría. Primero fue tu tía, luego tu suegra y ahora tu madre. Habías visto cómo el número de tus contactos cuyas madres habían decidido a hacerse Facebook iba en aumento. Pero claro, tú pensabas, “mi madre no”. Pues sí, querida, tu madre también quiere Facebook. Y lo peor,  es que seguramente te pedirá que seas tú misma la que le abra la cuenta. Vamos que te vas a cavar tu propia tumba.

Mi madre me había insinuado en alguna ocasión que quería que le abriese una cuenta. “Venga ponme el Facebook”. “Ahora no mamá, que no tengo tiempo”. Se le pasará, pensaba yo. Pues no se le pasó, no.  Semanas después volvió a recordármelo, ya no había escapatoria. Y ahí estaba yo, abriéndole una cuenta ante la atenta mirada de mi padre en la que se podía ver “no lo hagas”. Lo malo de ser tú mismo quien le hagas una cuenta a tu madre en Facebook, es que probablemente seas la elegida para ser su primer contacto. No tienes ni la opción de decirle que no es una buena idea.

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Parece que no, pero una madre con Facebook puede llegar a tener mucho peligro. Lo primero que hice fue explicarle la importancia de no darle a “me gusta” a publicaciones de personas a la que estaba cotilleando, si no quería dejar rastro. Para qué vamos a negarlo, todos alguna vez hemos acabado en la cuenta de la hija de la vecina de tu prima haciendo una revisión exhaustiva de todas sus fotos.

Ahora que tu madre tiene Facebook aumentan sus medios para controlarte. Lo de la última conexión en Whatsapp se va a quedar en nada una vez conozca Facebook. Si tienes pensando mentirle, tendrás que hacerlo teniendo en cuenta lo que vayas a publicar después. No puedes decirle que no vas a asistir a un cumpleaños familiar porque tienes mucho que estudiar y que tus amigos cuelguen fotos tuyas borracha en una fiesta. Te va a pedir explicaciones, y lo sabes.

Para evitar este tipo de situaciones, yo he optado por filtrar las fotos en las que se te etiquetan. Señor  Zuckerberg, gracias por esta opción. Seguramente lo hicieron pensando en gente que, como yo, tiene a su madre entre sus contactos.

Sabes que acabas de ganar  una fan incondicional. Subes una foto y al segundo ya tienes un me gusta de tu querida madre. ¿Cómo lo hace?, si no le ha podido dar tiempo. Esta crítica es extensible a familiares cotillas en Facebook, véase tías, primas y demás. En alguna ocasión he llegado a pensar que hacen turnos de guardia a la espera de las fotos de algún evento. “¡Ya están las fotos del cumpleaños!”, las imagino decirse unas a otras. Yo creo que se llegan a llamar y todo. Porque si no, no me explico la velocidad a la que son capaces de darle a me gusta, e incluso comentar. Si es que a veces no me da tiempo ni de etiquetar a la gente.

No intentes despegarla, no lo conseguirás
No intentes despegarla, no lo conseguirás

Acostúmbrate, a partir de ahora vas a ver en tu madre ciertos indicios de “postureo”. Eso es así. Un día la descubres haciéndole una foto a la paella para que sus amigas vean la buena pinta que tiene, otro día se quita el delantal para soplar las velas en su cumpleaños porque sabe que probablemente esas fotos acaben en su muro.

Ahora que me acerco a los 30 lo veo de otra manera porque me estoy haciendo una abuela y el 99% de mis publicaciones en Facebook son fotos de mis perros Lennon y Yoko. El resto son publicaciones sobre perros perdidos o perros que buscan adopción (sí, soy consciente que he perdido muchos “amigos” por esto, pero, ¿y qué?). Curiosamente mi madre sigue mis pasos y  también comparte este tipo de publicaciones. Por lo menos, hacerle Facebook ha contribuido a una buena causa.

Menos mal que hace diez años las madres del mundo no estaban tan puestas en esto de las redes sociales y no las teníamos como amigas en Tuenti, porque Tuenti era lo que se llevaba. Ahí sí que me hubiera visto obligada a decirle, “mamá no creo que sea buena idea tenerte de contacto”, por tu salud y por la mía.

Autor: Alba Blanco

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