Es la última vez que se me saltan las lágrimas en un centro comercial. Lo juro.

    Después de decidirme de una vez por todas a llevar un estilo de vida saludable que por el horario de la universidad hasta ahora no he podido llevar, decidí comenzar con todo el proceso.

    El viernes pasado, mi chico y yo (creo que seremos un apoyo el uno para el otro) fuimos a ver un gimnasio. Llenos de ilusión decidimos que aquel sería el primer gym que pagaríamos y que por eso seríamos fieles a él e iríamos por lo menos cuatro días en semana.

    Por eso mismo y repito, con la mayor ilusión del mundo, fuimos por la tarde a comprar ropa de deporte ya que no teníamos nada. Y nos plantamos en la cadena más conocida de ropa deportiva. Miramos lo de él y después fuimos a por lo mío. ¿Qué necesito? Mallas, camisetas, deportivas ¡ah! Y sujetadores especiales. Y tan especiales fueron que me amargaron la tarde.tumblr_o0i1ohDxeZ1qb6v6ro5_500

    Busqué pasillo por pasillo hasta que al fin encontré algo. Rudimentario, feo y caro pero que aseguraba tener mi talla por un módico precio de 49 euros el sujetador (necesitaba tres y soy estudiante, os podéis imaginar mi cara). Aún así, algo me impulsó a buscar mi talla. Pobre de mí. Mi sorpresa llegó al ver 5 de copa A (recordemos que eran sujetadores de máxima sujeción), 2 de copa B, 3 de copa C, 1 de copa E y 0 de copa F…Y exploté… No tengo nada en contra de las copas A, dios me libre, pero si yo tuviera esas tetas le diría adiós a todos los sujetadores (y cuando digo a todos, a los primeros que me refiero es a los de máxima sujeción). Además, si yo me pongo a pensar, quizás desde mi ignorancia, me viene a la cabeza constantemente una pregunta ¿Hay más españolas con copas A que con copas F? Y no sé por qué, pero hay una respuesta que llega casi sin querer: – No creo guapa, pero como con otro tipo de ropa hasta para hacer ejercicio a las que no tenéis una talla “normal” (y con normal me refiero a lo que la mayoría de la sociedad considera aceptable -claramente yo no pertenezco a dicha mayoría y aunque quisiera tampoco se me dejaría-) se os margina.

marginar 

Del lat. margināre ‘rodear de un borde’, ‘orlar’, der. de margo, -ĭnis ‘margen’.

  1. tr. Poner acotaciones o apostillas al margen de un texto.
  2. tr. Hacer o dejar márgenes en el papel u otra materia en que se escribe o imprime.
  3. tr. Dejar al margen un asunto o cuestión, no entrar en su examen al tratar de otros.
  4. tr. Preterir a alguien, ponerlo o dejarlo al margen de alguna actividad.
  5. tr. Prescindir o hacer caso omiso de alguien.
  6. tr. Poner o dejar a una persona o grupo en condiciones sociales, políticas o legales de inferioridad. U. t. c. prnl.

Ahí la RAE nos lo deja claro. Somos un grupo en condiciones sociales de inferioridad…

    Y es que yo me acuerdo de cuando mis amigas me decían una y otra vez: – Yo quiero tener tus tetas, tía. Claro, queríais tenerlas de apariencia, no de sufrimiento. Sufrimiento porque dan dolores de cabeza y de espalda. Porque es muy bonito verlas, pero no tenerlas. Porque es genial ir a tiendas de cualquier centro comercial y que tengan un montón de modelos preciosos que te cuestan menos de 10 euros.tumblr_o0i1ohDxeZ1qb6v6ro3_500

    Finalmente me fui de allí, disgustada. No quise darle el gusto a aquellos entes desconocidos que nos hacen sentir mal por no constar en las prendas de sus tiendas. A mí no me van a marginalizar porque no me voy a dejar. Yo no soy inferior a nadie, ni tampoco superior. Soy diferente y en la diversidad está la belleza. ¡Qué bonito sería ver una misma prenda de la 34 y de la 58!

    Al final conseguí equiparme para empezar mi odisea. Aún así me volví a mosquear porque hasta a la hora de vestirse hay misoginia. Yo me gasté 90 euros en tres mallas y tres camisetas y mi chico 20 en dos pantalones y dos camisetas. Y os aseguró que no fue porque cogiese las más caras… Pero eso lo dejamos para otro día porque tiene lo suyo también.tumblr_o0i1ohDxeZ1qb6v6ro4_500

Autor: Ainoa Navarro.

Imagen destacada: Youtube.