En mi poco tiempo libre como bimadre trabajadora, estaba bicheando por Instagram y me encontré con la viral Chiky Bombom, conocida por sus “Buenas, Buenas” y el Tik Tok “Tengo la personalidad” que arrasó en 2021.

Ha perdido peso, y es bien, pero la cuestión no es esa, sino que de repente desde que ha perdió peso parece que el éxito ha llegado a su vida de verdad.

Todo empezó como la gordita que triunfa por quererse, por empoderarse, contando que sufrió una profunda depresión y tuvo que salir de ahí luchando como una leona. Ahora famosa y conocida, se somete a una cirugía bariátrica porque según sus palabras “Tenía que pasar por esto para ser quien soy”.

Personalmente, porque esto es mi opinión, las cirugías bariátricas en la mayoría de los casos son con objetivos puramente estéticos. Y conozco casos personalmente no hablo por alguien que he visto en alguna RRSS. Una manera “rápida” de perder 30 o 40 kilos para llegar al IMC supuestamente óptimo.

Para mí, la influencer tenía sobrepeso, puede que su percepción fuera distinta pero una intervención de ese calibre es una última solución para una persona con obesidad mórbida, movilidad reducida, alguna patología grave, donde esa decisión es un cambio de vida o muerte.

Repito, es mi opinión, una opinión más. Soy la primera que pienso que no se habla de los cuerpos de nadie y lucho por deconstruir mi mentalidad de adolescente en el 2000 donde pesaba 63 kilos y me veía como una ballena máxima. Lucho cada día por querer mi cuerpo sometido a 2 cesáreas que jamás, jamás, será el mismo y tendría que pasar por quirófano para volver a ser el que era.

Sin embargo, cada paso que se avanza contra la gordofobia, a favor de querernos, enseñar al mundo la diversidad de cuerpos aparece alguien que se convierte en símbolo de todo ese mensaje y acaba convirtiéndose en el tópico de que para ser feliz hay que estar delgado.

Joder, es que la historia una vez y otra se repite. Me acepto, pero en cuanto puedo me opero o me incluyo en un programa de pérdida de peso, y resulta que antes era desgraciada, todo era fachada porque ahora soy feliz de verdad. Es más, en una entrevista en el medio www.nacion.com dice que ha dejado de tomar pastillas para dormir y antidepresivos desde que ha perdido peso.

Me cabrea mucho. A mis 39 años sigo trabajando por mi autoestima, sigo trabajando para que haya 0un mundo más diverso para mis hijos, sigo a activistas del body positive para cambiar la mentalidad… y ¡pam! Me veo analizando su perfil de IG para ver desde cuando está delgada y cómo lo ha hecho. Me ha dado tanta rabia que he decidido escribir este post con un claro mensaje. ¡YA ESTÁ BIEN!

La revolución ha llegado y parece que más que nunca, el mensaje de que para tener éxito hay que estar delgado es más fuerte que nunca. No te dicen gord@ fracasad@ pero sí te dicen que el deporte es salud, ser disciplinado es salud, realizarte una operación para parecer más joven y ser más delgado está fenomenal, aunque tengas que mutilar tus órganos, comer de una determinada manera es salud… Y todo lo demás está fuera del sistema. Y lo peor que todo lo que te ocurra bueno siendo gordo es porque eres gordo y explotas eso, pero cuando consigues dinero harás todo lo posible por ser delgado.

Así que me digo a mi misma, querida no caigas en la misma mierda que llevas cayendo desde que tienes 15 años e hiciste tu primera dieta porque pesabas 63 kilos y estabas gorda. Pero cada vez que tengo un poco de bajón pienso que si me cuido un poco y pierdo 5 o 6 kilos me sentiré mucho mejor. En mi caso mi peso dentro del sobrepeso es bastante normal (73-75 kilos), tengo un buen trabajo, fui popular en el insti y en la facultad, y no he sufrido un acoso ni discriminación. Sin embargo, ese sentimiento de qué no soy suficiente por gorda siempre está como un susurro.

Puede que este post no tenga un mensaje o moraleja positivos como es de esperar, este post es para decirme y decirnos, que ya está bien del mismo cuento.

Nos bombardean constantemente con lo mismo, antes era estar delgada para que se te marquen los huesos de las caderas sino eres una foca, y ahora no tienes salud y no cuidarte para estar sana es de ser un despropósito que no tienes ni derecho que te atiendan en el centro de salud. Y si eres madre y gorda, eres mala madre así sin más: no los alimentas bien, menudo ejemplo, no puedes correr con ello por el parque… ¡Anda y que os den por donde amargan los pepinos!

No nos dejemos embaucar, no nos dejemos engañar y sigamos nuestro camino. Doy gracias a todas las mujeres y a todos los hombres que luchan cada día para mostrar la diversidad que hay en el mundo y nos llenan de valor y mala hostia para decir, ya está bien. No quiero que mis hijos vivan una adolescencia de mierda porque no pueden ser quien ellos quieran ser o tenga un cuerpo determinado, y mucho menos que sean unos trogloditas corrompidos por el sistema donde señalen al diferente.

 

Esther García Pablo