A mí de pequeña me dijeron “niña, come y calla” y lo debí de seguir al pie de la letra porque me convertí en gorda. Además me engañaban diciendo “Si te comes todas las lentejas, hay sorpresa de postre” y luego la sorpresa era una mierda de mandarina. No digáis “¿quieres postre?” si solo tenéis fruta. La fruta no es un postre jolín. ¡Que luego vienen las depresiones!

Vale que no siempre he estado gorda, pero siempre me ha encantado comer y disfrutar de la comida. Y hay veces que he pensado «Lucía, si te comes otro llaollao más igual ponen tu foto en la portada de la próxima revista de Guía Michelín«, así que he intentado hacer de todo por luchar contra la gula.

Hice la dieta Dukan, la de los días alternos, la disociada, la macrobiótica, la del cucurucho… y chica, un sufrimiento… Porque donde veis un puré de acelgas, yo sólo veo tristeza. Y era muy fácil autoengañarse y decir que cenaba ensalada y luego volcar medio frigorífico en el bol de lechuga. En vez de inventar algo para que la Nocilla no engorde, perdemos el tiempo en palos para selfies y así nos va.

✓ Ir al súper

✓ Terminar las series pendientes

☐ Tener charla de mujer a mujer con Chenoa

☐ E̶m̶p̶e̶z̶a̶r̶ ̶l̶a̶ ̶d̶i̶e̶t̶a̶

También hice la ténica de comer mucho menos de lo que comía normalmente. Porque pensé que si no comes, no gastas dinero en comida, y adelgazas, y además no tienes que fregar tantos platos Y TAMBIÉN ES PROBABLE QUE MUERAS. O peor, el drama de cualquier gorda, que se te junte el hambre de la merienda con las ganas de cenar. Y llegan las 7 de la tarde y tienes un hambre nivel “cinco campos de fútbol”. De verdad que nunca había sentido tanto la soledad como al abrir la nevera y que sólo hubiera leche de soja.

Porque claro, beber leche entera y con lactosa hoy en día es prácticamente como coquetear con la heroína en los 80. Ahora veo que mi vida era más fácil cuando podía gastarme todo mi presupuesto en fritos de Cheetos.

También me apunté al gimnasio pero no me hacía efecto (porque no iba).

Así que con el paso de los años descubres que lo necesario son modificar tus costumbres, pero siendo consciente de tu constitución y tus limitaciones. Además chica, llega una edad que da lo mismo si estás gorda o delgada, te sale papada igual. Esto es así. Y sí, claro que me gustaría estar más delgada, pero los Kinder Bueno me gustan más, y si un día me paso, intentaré comer más sano al día siguiente, pero sin tirarme al río porque me crezca el michelín.

curvy

Yo he cambiado la operación bikini por la operación mantita del sofá y soy mucho más feliz. Ahora mismo podría comerme un churrasco para 15 con salsa chumichurri, y guarnición y postre, pero creo que con este colacao bastará.

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@LuciaLodermann
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