Soy consciente de que hay mucha leyenda negra con el tema de las suegras. Hay mujeres maravillosas que están encantadas de aceptarte en su familia como una más, sin trampa ni cartón. Pero también las hay de cuento de miedo que me río yo de la madrastra de Blancanieves porque éstas ni se molestan en ocultarte el veneno en la manzana, te lo tiran a manos llenas al menor descuido. ¿Acaso te habías creído que le ibas a robar a su hijito a la primera de cambio? No, antes te van a hacer la vida imposible, intentando romper tu relación por todos los medios para simular que todo fue un accidente.

Expertas en chantajear

“¡Ya nunca pasas tiempo con tu madre!”, “No, vete, que yo me quedo aquí sola. Total. No me importa.”, “He dado mi vida por ti para que ahora me trates así” y a todo esto, que a lo mejor su hijo sólo ha dicho que se va a pasar el fin de semana contigo a la sierra. Pero a tu suegra no le parece bien y se lo va a hacer saber por todos los medios.

¿Qué tienen esas madres para conseguir lo que siempre quieren y quedar fenomenal? Como se lo propongan te arruinan el fin de semana, el cumpleaños o la cena de aniversario porque ella ya tenía los huevos rellenos servidos y ¿Cómo le va a dejar con el plato listo?

Y esto va a más porque, como tu pareja no le ponga freno, terminaréis alquilando vuestro primer piso en el bloque de enfrente y cuadrando las vacaciones para ir donde tu suegra proponga ese verano.

Máster en desprecios

Cualquier ocasión es buena para sacar a relucir tus “defectos” (lo que ella considere que lo son porque tú eres y estás estupenda): la típica comida familiar en la que resaltar si has engordado, la charla con la vecina para quejarse de que su hijo gana más que tú o si se ha enterado de tu historial de novietes y lo suelta a la primera de cambio.

Tampoco te esperes regalos por Navidad y, si los hay, van a ser tan feos que no te servirán ni para carnaval. ¿Lo hace aposta? Llegará un momento, como a la quinta vez que le digas que la S no te quedaba bien ni en Preescolar y que la licra no la usas ni para las bragas, que sospeches que sí, que lo hace adrede y disfruta con tu cara de desesperación cuando no viene el ticket en la bolsa.

Esto puede quedar en un hecho aislado del que reíros por la noche en la cama con las tonterías de su madre o puede ir minando poco a poco vuestra relación. Si notas que no eres bienvenida en su casa, que tu suegra sólo te critica y que las indirectas sobre lo feliz que sería si su hijo terminase contigo son el pan nuestro de cada día, no puedes hacer nada más que hablar con él y enfrentar la situación.

Doctoradas en entrometerse

Ella conoce a su hijo mejor que nadie y tú sólo eres una fulanilla que ha encontrado en la calle así que no esperes que se quede callada en las decisiones que toméis, aunque sea cosa de ambos. Desde la decoración de vuestra casa, si pensáis tener o no hijos, si habéis decidido pasar una temporada en otro país y hasta si compráis los garbanzos en el Mercadona y no en el Carrefour, proveedor oficial de su casa, siempre va a tener algo que decir.

Las hay que se limitan a dar su opinión para que el nene sepa que su creadora no está de acuerdo con ese giro trascendental de su vida y están las que no van a parar hasta que hagáis lo que le salga de su santísimo moño. Gritará, lanzará puñales, llamará el día de tu cumpleaños para discutir, meterá cizaña entre los dos… Cualquier numerito es válido para salirse con la suya.

Una amiga me dijo una vez que había que comportarse como ellas, si la madre le chantajeaba tú contrarrestar por otro lado. Si se hacía la víctima, jugar al mismo juego. Pero me niego a que alguien me cambie y encima si es una mala persona. Así que hay veces que, si tu pareja no quiere ver la realidad y cómo el comportamiento infantil de su madre se está cargando vuestro amor, es momento de sincerarse: no eres tú, ni soy yo. Es tu madre.

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Posdata: Mientras te alejas se te vendrán un montón de buenos recuerdos a la cabeza pero por encima de todo sentirás pena por la próxima incauta que pise esa casa. Y es que hay suegras que no se las deseas ni a su siguiente novia.