Vergüenza por tener barriga, por no tener el culo demasiado firme, por tener acné, vergüenza por ser diferente. Obligación a tapar nuestros defectos, a sentirnos parte de una sociedad que nos impone cómo tenemos que ser.

Y nosotras no queremos vivir así, no queremos formar parte de una comunidad social con obligaciones estéticas, que vive oprimida por reglas absurdas que no sabemos muy bien quien inventó y muere sin haber sentido la libertad en sus mejillas.

Pero estamos cambiando el mundo y lo estamos haciendo entre todas. No miento si digo que nuestro buzón se llena de mensajes de agradecimiento que alaban la gran labor que estamos haciendo, pero ya lo dije una vez, esta lucha es cosa de todos y nuestro mensaje quizá llegué a más gente pero el tuyo también puede calar muy hondo.

Eso es exactamente lo que han hecho seis estudiantes de Trabajo Social de la Universidad del País Vasco. Se han desnudado y le han gritado al mundo que aquí no estamos para hacer bonito. Se han quitado los sujetadores y han enseñado las marcas que la sociedad ha ido cincelando en ellas. Y todo esto lo han hecho delante de todos sus compañeros, sin importar el qué dirán, sin importar que las juzguen y eso es una pasada.

Es alucinante ver como cada vez somos más las que ponemos nuestro granito de arena para hacer un mundo mucho más inclusivo donde el papel de la mujer no quede relegado a un par de tacones y una cara bonita.

Gracias a cada una de vosotras nuestras hijas, sobrinas, primas, nietas… un día serán libres.

Aquí os dejo el vídeo que pude realizar con ellas, todo un lujo amigas.

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