Desde que tengo memoria he sido mucho más alta que el resto de mis amigos del colegio, instituto e incluso universidad. Es difícil encontrar una tía que siempre le saque dos cabezas a casi todos, tanto chicos como chicas (aunque vamos a centrarnos en los tíos en este caso). A mis 26 años mido casi 1,90m. y a día de hoy estoy bastante orgullosa de mi altura, la verdad. Pero mucha gente puede que piense que ser alta son todo ventajas, y no, os aseguro que también conlleva un escabroso camino de comentarios variados. Sí, las altas molamos, pero también nos toca oír muchas frasecitas de esas que te tocan un poco los ovarios y a las que te acabas acostumbrando, hasta que al final aprendes que hay gente que más que falta de un par de centímetros de altura lo que necesitan son dos dedos de frente.

Comentarios del tipo de: “Mira tía, ese para ti que es alto”, “¿Vas a salir con tacones? Vas a asustar a los tíos”; o mi favorita: “¿Te gusta Fulanito? Pero qué dices, si parece tu bolso”...Pfffff…que perecita me dais, por Dios. Si, gracias, no me había dado cuenta de que para hablarle al tío que me mola tengo que agachar la cabeza y lucir papada, gracias por tu aportación a mi vida.

Y lo más gracioso, es que son frases que a veces me dice incluso mi madre. Pero, ¿por qué las mujeres tenemos que ser más bajas que los hombres? ¿Eso dónde lo pone? ¿O por qué está generalmente tan mal visto? De sobra sé que no es lo más común, que ninguna de las dichosas princesitas Disney era más alta que el príncipe y que cuando se abrazaban, éste no solía reposarse en sus tetas con pose maternal (más bien era al revés).

Aunque bueno, tampoco nos engañemos… Si me preguntaran por mi prototipo de tío no describiría a alguien bajito. Me gustan los altos y a priori son los que me suelen resultar más atractivos. Pero aprendamos a distinguir, porque eso a la hora de la verdad… da exactamente igual.

Me han gustado chicos más o menos altos pero casualmente, cuando de verdad me he “enganchado” ha sido de los que les sacaba dos cabezas. He dado esos “abrazos maternales” de los que os hablo más de una vez (y me encantan), he caído en la tendencia de encogerme para salir juntos en una foto y me he agachado para dar más de un beso. Y además, han sido tíos que me ponían que no veas… puedo corroborar eso de que “en horizontal todos somos iguales” (gran frase que me enseñó una gran amiga).

Cuando aparecen los puñeteros sentimientos, me ha importado lo que viene siendo una mierda ir con esa persona a cualquier sitio, presentársela a mis amigos o gritar a los cuatro vientos: “pues a mí me encanta el enano este”.

Por lo tanto, hago una petición oficial: hombres del mundo, no os acojonéis si conocéis a una tía más alta que vosotros y os mola. Como siempre hay excepciones, pero personalmente he oído demasiadas veces perlitas del tipo de: “Buah, si es que me encantas y encima eres una tía de puta madre… si no fueras tan alta te metía ficha”. ¿Perdona? ¿Acaso muerdo o algo? Venga, hasta luego. “Cagao”, que eres un “cagao”. Quizá más de uno debería de empezar a estar más seguro de sí mismo y de su propio “tamaño”.

Señores, no nos engañemos. No podemos elegir de quien nos enamoramos (es una putada, pero así funciona esto). Otra cosa es que te pongas límites o que intentes controlar tus sentimientos o tus gustos. Y eso, ya está más que demostrado que no te va a permitir llegar a ningún punto en el que termines siendo feliz.

Por último, quiero hacer un inciso. Amigos de Inditex y cadenas de ropa similares (o bueno, los que diseñéis la ropa), estoy muy indignada. No voy a tratar el tema de la limitación de tallas porque creo que eso ya está más que claro. Pero lo que vemos siempre en las pasarelas es a modelos delgadísimas y bastante altas. Si lo de la relación talla-altura queda tan “guay”…

¿Podéis explicarme por qué no he podido comprarme en mi vida unos pantalones largos en casi ninguna de vuestras tiendas? ¡Me quedan pesqueros aun siendo la talla más grande! Joe, ¡que en invierno me entra el frío! ¿Y por qué aún no he conseguido encontrar ningún mono que no me siente como el bañador de Borat?

Mal, muy mal…

Alba Sánchez