Me puse a dieta en marzo del año pasado. Y lo hice por la peor razón por la que se puede hacer: que un chico se fijase en mí. Un chico que me soltaba cosas del estilo de “Bueno, eres un seis, pero yo tampoco puedo picar mucho más alto” o “tampoco es que valgas mucho, pero al menos eres simpática, y por eso merecería la pena estar contigo”.

Conseguí perder 20 kilos. El chaval, gracias a Dios, me rechazó. Y digo gracias a Dios porque hoy sé que no podría estar con alguien que me valora de esa forma. En ese momento no lo veía así.

Estuve a dieta durante más de un año. Estuve a punto de caer en la anorexia. Si no hubiese tenido una conversación con una buena amiga que estaba pasando por lo mismo, todavía seguiría con la genial idea de morder el pan y tirarlo a la basura “para quedarme con el sabor pero no con las calorías” (y no es de las peores cosas que pensaba).

En ese año también aprendí muchísimas cosas de mí misma. Me empecé a querer un poquito por primera vez en 21 años. Empecé a ligar muchísimo, me pusieron en el top nº1 de las chicas de mi curso, y tuve mi primer rollo. Era un tío que tampoco me quería por cómo era, lo único que quería era follar y liarse. Le dejé en cuanto vi que me había enamorado.

e066b061323a25f2a196f37e40768b22

Mientras estaba con él, seguía teniendo la autoestima bajísima. Y es que estaba pasando algo que jamás creí que me pasaría: había alguien que me quería solo por mi cuerpo.

En resumen: había pasado de alguien que quería solo mi simpatía a alguien que quería solo mi cuerpo. ¿Y sabéis qué? era igual de incompleto e insatisfactorio. Que nadie malinterprete el título: esos 20 kilos me han dado mucho para conocerme a mí misma y para empezar a quererme y valorarme un mínimo. Pero ahora comprendo que el proceso de construcción de la autoestima tiene que venir desde dentro, no desde fuera.

Supongo que ahora tampoco me valoro demasiado, pero probablemente si alguien me soltara ahora que soy un seis pensaría “Este tío es gilipollas, ¡soy mínimo un 8!”.  Así que me creo que tengo algo que prometerme a mí misma: que voy a empezar a valorar lo que tengo dentro, porque me lo debo… ¡Y porque quiero mi 10!

 Anónimo.

Nota Loversize: por historias como esta siempre os decimos que es genial querer adelgazar. Es estupendo ponerse metas saludables, pero lo más importante es hacerlo por ti y solo por ti. Siempre habrá motivos para machacar tu autoestima, si no es el peso serán otros, así que trabaja primero en ella antes de tomar una decisión drástica. Cuida tu interior igual o más que tu exterior <3