Dicen de Tess Holliday que su sola presencia promueve la obesidad. Como si solo por verla todos fuéramos a desapuntarnos del gimnasio, a atacar un Dunkin Donuts o a tirar a la basura toda la comida sana que tenemos en la nevera. Como si de repente empezáramos a pensar que su peso es el ideal al que aspirar. Como si no fuéramos conscientes de su obesidad. Porque si, Tess está gorda, pero también es una mujer preciosa y valiente, una como tantas con sus kilos de más, pero que se ha atrevido a posar en bañador en lugar de esconderse tras un chándal, que opta por maquillarse y arreglarse para verse preciosa en vez de quedarse en casa lamentándose porque es gorda. Un poco lo que promovemos en WLS, ¿os suena?

Y a ella, como a nosotras, se la acusa de promover la obesidad, sólo por existir, sólo por ponerse un bikini, peinarse, maquillarse y hacerse fotos. Estoy segura de que ella querría perder unos kilos, me apuesto el cuello, pero eso no tiene por qué impedir que se muestre (y se quiera) tal como es. No sé por qué sigue costando entenderlo, pero parece que aún hay gente que no es capaz de ver que una mujer pueda quererse con kilos de más y aun así estar esforzándose por perderlos

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Vamos a compararlo con algo más básico: te hacen un corte de pelo horrible, pero de esos que dices ‘Es el horror, y no pienso volver a salir de casa ever’, y sabes que tu pelo tarda un tiempo en volver a crecer. ¿Qué opciones tienes?, 1. Quedarte en tu casa y ocultarte hasta que te vuelva a crecer el pelo porque eres un monstruo que con tu sola presencia incitas a la gente a no peinarse, o 2. Asumir que no estás en tu mejor momento, que cuando te miras al espejo no te gusta lo que ves, pero que aun así sigues siendo tú y te vas a querer igual. O mejor: imaginad a una mujer que acaba de dar de a luz y que no ha recuperado su peso original, su barriga sigue hinchada, tiene estrías y lleva dos días sin lavarse el pelo porque no le da la vida. ¿Acaso alguna de nosotras se atrevería a decirle que no salga a la calle así?, ¿que no se ponga un bikini o un vestido ajustado porque nos da asco?, ¿que no vuelva a salir de casa hasta que haya recuperado su figura original?, no, ¿verdad?

Es igual que decir que la gente que no se arregla promueve que los demás empiecen a vestirse con harapos, que la gente fea incita a los demás a no maquillarse y a dejar de depilarse el bigote, que las lesbianas que se muestran libremente incitan a que todas las mujeres dejemos a nuestros novios para buscar una mujer con la que estar. Pues mira, no.

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Ser feo no promueve la fealdad, ser delgada no promueve la delgadez, y ser gorda no promueve la obesidad. Así de simple. La diferencia es que el canon de belleza que tenemos en la actualidad hace que muchas mujeres y niñas, ante la imagen de una mujer delgada, dejen de comer para ser como ellas, pero nadie en su sano juicio se cebaría a comida basura para ser gorda. De verdad, sabemos que la obesidad no es sana, sabemos los problemas de salud que conlleva, pero que no queramos ser obesas no significa que no seamos conscientes de la existencia de la obesidad. Existe, y las personas que la padecen son igual de respetables que las que no. Las personas con sobrepeso tienen el mismo derecho que tú y yo de salir a la calle con la cabeza alta, de subir fotos a sus redes sociales, de quererse y de ser feliz.

Y lo cierto es que la mayoría de los que leéis lo tenéis más que claro, pero hay mucha gente que no. Por favor, dejad de insistir en que los blogs y las modelos plus size promueven la obesidad, porque no es así. Dejad de pensar que una mujer cuya talla va más allá de la 42 o cuyas medidas superan con creces el 90-60-90 es una foca que no merece lucir su cuerpo y ser feliz. Dejad de intentar convencer a los demás de que las gordas no tienen derecho a vivir, porque hace falta aún mucho por luchar, y porque de verdad, creedme, ninguna mujer gorda quiere cebarse para pesar 150 kilos. Ninguna.

En las fotos, Tess Holliday: 123