Quiero dejar claro antes de comenzar que abogo por una maternidad libre, fuera de prejuicios y en la que cada una haga lo que le salga de las tetas. Pero como asesora de lactancia y madre lactante durante 32 meses quiero compartir con vosotros algunos de los principios básicos que para mí tiene la lactancia materna. 

Antes de comenzar decirte que, si estas embarazada o conoces a alguien que lo este y que quiera dar el pecho, regálale el libro de “Un regalo para toda la vida” de Carlos González. En serio, déjate de pijamas, flores, o zapatitos. Ese libro conseguirá que la mamá se empodere de tal manera que muy difícilmente la van a parar en su objetivo. 

Podría explicarte lo maravilloso que va a ser dar el pecho, la conexión tan increíble que vas a sentir con tu bebé, podría incluso adjuntar estudios de los múltiples beneficios que tiene para madre y bebé que haya lactancia materna. Pero sinceramente me parecería hipócrita por mi parte. Y no porque todo lo dicho anteriormente sea falso si no porque creo que puedo aportar mucho más que lo evidente. 

Tienes que saber que puedes dar pecho y que vas a tener leche. Existen problemas de salud que pueden comprometer la lactancia. Tienes que saber también que hay pocos pediatras formados en lactancia materna, pocas enfermeras y pocos auxiliares. Creo que la apuesta más segura a la que acudir dentro del personal sanitario si surge algún problema es la matrona y fuera de él, rodéate de un buen grupo de apoyo a la lactancia. Olvídate de lo que conoces sobre dar el pecho, destierra de tu cabeza las historias de tu madre, abuela, vecina… Esta es tu historia y nada tiene que ver con la suya. 

Olvídate de ninguna preparación pre-lactancia, olvídate de la forma o el tamaño de tus pechos o pezones. Si tienes que preparar algo es un buen plan de parto que garantice el piel con piel madre e hije. Aún si tu parto acaba en cesárea o vas por cesárea programada, eso es lo que más debe preocuparte para establecer una buena lactancia. Te animo a que busques información sobre el agarre espontáneo. 

Una vez tengas al bebé contigo incrusta en tu mente esta palabra:  A DEMANDA. Olvídate de las tomas cada tres horas, olvídate de 10 minutos en cada pecho, tu hije es un ser humano y come cuando tiene hambre. En todo caso hay que estar alerta ante un bello o bella durmiente. Si tu bebe no se despierta para comer debes insistir, es necesario para establecer una buena lactancia y para garantizar la recuperación del peso que se pierde tras el nacimiento.

Si te duele el pezón, te salen grietas o sientes dolor dilo, busca ayuda de quien sepa dártela porque dar de mamar NO duele. Si sientes dolor es que algo no va bien. Puede haber frenillo sublingual en él bebe, una mala postura o posición, obstrucción, mastitis… y eso hay que revisarlo. Que nadie te venda que es el precio a pagar por querer dar el pecho. 

No creas en falsos milagros para aumentar la producción de leche, lo único que hace que haya leche es la succión de tu bebe. Ten cuidado con tés e infusiones milagrosas porque lejos de ayudarte pueden comprometer tu lactancia. Te recomiendo la web e-lactancia. Es 100% fiable y podrás consultar desde infusiones a tatuajes, medicamentos etc. Y en caso de no encontrar lo que buscas puedes enviarles un correo. 

Como bien se dice, la información es poder y en este caso no iba a ser menos. Por eso te recomiendo que leas autores como el mencionado arriba, a Alba Padró, a Julio Basulto… Infórmate de los grupos de apoyo de tu ciudad o pueblo y ve incluso antes de que nazca tu bebe. Serás bien recibida, no te juzgaran ni a ti ni a tus miedos. 

Personalmente y con unos inicios en la lactancia nada fáciles, te animo a que vayas a por todas si es lo que quieres. Si dejas de dar el pecho que sea porque TÚ quieres no porque alguien te ha dicho “vete tú a saber que” o porque no has encontrado la ayuda que necesitabas. 

Mucha fuerza y empoderamiento. 

Iris Muñoz 

@lavidaencaravana