La psicologización es un fenómeno que se produce cuando rechazamos un argumento  o una idea porque centramos nuestra atención en las características de la fuente o, dicho de otro modo, explicamos el contenido de un mensaje en función de las características de quien lo emite.

Para entenderlo mejor os pondré un ejemplo:

«Weloversize es una puta mierda y todo lo que escriben es basura, apología de la obesidad y odio a las mujeres delgadas. Solo he leído el título de un post que no me ha gustado pero ya me sobra para decir que no reivindican nada así que a la hoguera todas las gordibuenas por brujas.»  ̶  Lector furioso

large

Es estúpido negar que nos afectan los prejuicios. Podemos culpar a los medios, a la sociedad o al cartero que reparte la publicidad del Carrefour, pero los estereotipos son como el aire, no los ves aunque siempre estén ahí.

– Los que ven Sálvame son unos incultos.

– Una persona de (insertar ideología política contraria a la tuya) es gilipollas.

– ¿En serio te gusta el death metal? Es que como siempre te veo maquillada y vistes así de pija.

– No había notado que fueses gay, como no tienes pluma.

– Los musculitos de gimnasio tienen mucho brazo pero poco cerebro.

giphy

Los prejuicios tienen la capacidad de ejercer un enorme poder en nuestras decisiones. Los sentimientos ocultos pueden afectar a nuestras acciones y, al no reconocer dicha influencia, nuestra conducta se vuelve más perjudicial que beneficiosa. Para superar los sesgos de nuestro comportamiento es importante entenderlos.

La psicologización y los prejuicios van de la mano, y juntos forman un círculo vicioso que se ve avivado por el desconocimiento, el miedo y la desinformación. La principal semejanza entre estos dos procesos psicológicos es que actúan de forma latente, interna y es difícil detectarlos, además ambos tienen en el poder de convertir una conducta o una opinión totalmente válida en algo mal visto. Por ejemplo, la psicologización asociada al feminismo es tan fuerte que muchas mujeres ideológicamente feministas rechazan ser incluidas en esa categoría por miedo a ser catalogadas como frustradas o hembristas. Algo parecido sucede con el término gordibuena. Aquellos que desconocen –o ignoran­– su significado prefieren gritar a los cuatro vientos definiciones que se sacan de la manga y que poco o nada tienen que ver con la realidad, construyendo barreras donde no las hay y ensuciando una lucha que va más allá de las etiquetas y los estereotipos.

giphy (2)

La psicologización favorece las conductas normativas evitando que cualquier persona salga del molde de lo socialmente correcto, da una connotación negativa a las minorías definiéndolas como peligrosas, defectuosas, enfermizas e inseguras y, por último, desvía el foco de atención de la propuesta ideológica defendida a las características personales de los miembros.

¿Cómo evitar la psicologización?

  • Entiende los prejuicios

Formamos nuestra identidad personal en base a numerosos aspectos, siendo uno de ellos los prejuicios. Éstos cambian debido a nuestra evolución personal y a la influencia de la sociedad en nuestra conducta por lo que tenemos dos opciones, aferrarnos a ellos considerándolos –erróneamente– parte de nuestra identidad o dejarlos ir.

let-it-go

Es importante recordar que no somos un saco de características preestablecidas, y aunque el ambiente influye enormemente en nuestra conducta, la última palabra está en nosotros.

  • Reconoce que el prejuicio existe

Para evitar la psicologización es necesario admitir que los prejuicios existen y que nos afectan en mayor o menor medida. Normalmente es la fase más complicada ya que requiere un gran acto de humildad, pero una vez lo hayas logrado te entenderás con mayor profundidad, tendrás una mentalidad más abierta y te resultará mucho más fácil decir adiós a los prejuicios.

  • Controla la influencia social

Los seres humanos tenemos una tendencia natural a buscar personas con creencias y actitudes similares a las nuestras y, aunque centrarnos en las semejanzas no está mal, no debemos olvidar que pasar tiempo con personas idénticas a nosotros mismos puede incrementar la influencia social.

tumblr_ne5ypxTtLv1t0jtguo1_500

Inconscientemente, elegimos a nuestras parejas y amigos en base a nuestros prejuicios personales y estimulamos esos estereotipos latentes al no contar con nadie que nos lleve la contraria, además somos demasiado orgullosos para admitir que nuestro pensamiento puede ser erróneo.

No confundas la opinión mayoritaria con la verdad, a menudo la gente se sube al carro de la mayoría sin entender muy bien el porqué de sus creencias.

  • Conoce lo que criticas

Los prejuicios suelen nacer de oídas –una opinión o una crítica– y, como tales, no constituyen una opinión original sino una copia que adoptamos. Normalmente se asocian a emociones negativas como el odio, la ignorancia o el miedo, y rara vez están sujetos a argumentos lógicos y válidos.

Es hora de rescatar el libro Consejos de Madre y aplicarnos la frase de «¿cómo sabes que no te gusta si no lo has probado?». En vez de basar tus opiniones en dimes y diretes o en una primera impresión sesgada, intenta conocer lo que te produce ese irracional rechazo y valora por ti mismo si es tan malo como creías en un primer momento.

  • Conócete a ti mismo

A veces nos aferramos a otras personas o a sus opiniones ya que nos aterra perder nuestra identidad, asociándola a lo que los demás quieren que seamos. Cambiamos nuestro comportamiento para adaptarnos a lo socialmente establecido y nos olvidamos que nosotros mismos construimos el camino que queremos cruzar.

Pregúntate si tus prejuicios son justos, relevantes o si vale la pena mantenerlos. ¿Se basan en una creencia o en un hecho irrefutable? ¿Condicionan tu comportamiento? Estas preguntas te ayudarán a comprender la influencia que ejercen en tu conducta y podrás valorar si quieres seguir atrapado en la dictadura impuesta por los estereotipos o si prefieres dominar tus creencias.

giphy-1

Aunque cambiar nuestro sistema de creencias deshaciéndonos de los prejuicios no es imposible, es importante recordar que el mundo sigue girando. Por desgracia, muchas personas actúan movidas por los estereotipos y se ven afectadas por la psicologización consciente e inconscientemente. Buscar la perfección –en nosotros y en los demás– conlleva una falsa idealización del mundo y puede dar pie a nuevos prejuicios. Citando a Manuel Vicent, «la perfección es muerte, la imperfección es el arte».