No soy una persona pesimista que reflexione mucho acerca de la muerte, de hecho pocas son las veces que dedico algún pensamiento a la causa, pero cuando me da por ahí… Es que es una maldita verdad como un templo: todos vamos a morir.

Este último mes me he cruzado con la muerte de cara, un familiar al que adoraba con toda mi alma ha muerto y, para sorpresa mía, (pasados ya unos cuantos días de llantos y lágrimas a todas horas) creo que me alegro. No me interpretéis mal, no soy feliz porque mi abuelita haya fallecido, pero sí creo que para llevar la vida que llevaba es mejor que esté descansado, además seguro que ahora mismo está mejor dónde sea que esté.

Pero gracias a su ausencia le he dado muchas vueltas a esto de la muerte y la vida y lo único que he sacado en claro es que tenemos que aprovechar cada maldito día, conseguir que cada hora cuente, no dejarnos arrastrar como caracoles por el paso del tiempo, tenemos que escuchar al sabio de Gandalf: ‘No nos toca a nosotros decidir qué tiempo vivir, sólo podemos elegir qué hacer con el tiempo que se nos ha dado’.

Y ya que nos ponemos elegir, joder, hagamos algo épico, algo que merezca la pena.

Se me ha ocurrido investigar un poco sobre las cifras que circundan la muerte y sin ganas de alarmar a nadie… ¿Sabéis que 151.600 personas se han muerto hoy? ¿Sabéis que cada minuto que pasa 105 personas mueren? Es acojonantemente triste.

En lugar de pensar en lo triste que es y en cavilar acerca de cuándo llegará nuestro día, ¿por qué no nos lanzamos a vivir de una santa vez? ¿Por qué no nos arriesgamos a hacer lo que llevamos tantísimo tiempo queriendo hacer? ¿Por qué no dar rienda suelta a nuestra vida?

No dejes que nadie te coja fuerte los pies y comienza a caminar por encima del agua, no dejes que te corten las alas y lánzate a volar, suelta tu imaginación y trata de llegar a la vez a mil lugares distintos, abre bien la boca y no dejes de sonreír, no controles tu mirada y deja que tus ojos vayan donde quieran, deja que tu corazón lata como si cantara por bulerías, lánzate hoy a dar el beso que llevas planeando meses, abraza y da todo el amor que tienes guardado, que te resbalen los insultos y que no te importe nada, fotografíate que hoy estás más guapa que nunca, quiérete como nunca antes te habías querido, que hoy estás lista para volver a enamorarte.

Sé feliz, cada día, te lo mereces y te lo debes.