Vengo a hablar de un tema poco tocado, pero del que es totalmente necesario hablar. Sé que estáis pensando que «a todas nos pasa», pero no, yo no hablo de esa diferencia casi banal. Yo vengo a referirme a la existencia de adolescentes, jóvenes, adultas con un pecho de una 95D y otro de una 70A. Sí, existimos.
Sabemos qué se siente al tener tetas grandes y al tener tetas pequeñas. Sí y hagamos la broma: Hay donde elegir. Ojalá pudiera tomarme el tema más en broma, pero vengo a hablar de los complejos que genera esto y a dar algunos consejos.
- Deja de evitar ligar, de huir de toda mujer o hombre que se te acerca. Parece una tontería, pero que la sociedad te diga «que si no tienes culo, al menos tienes que tener tetas» no significa que tu pareja te vaya a exigir esto. En mi caso tengo el culo carpetón del siglo y tengo una teta sí y otra no. ¿Vaya dramón, eh? Pues mis parejas me han querido sin culo y sin «tetas».
- Stop calcetines y rollos de papel. Si vas a optar por rellenar tu sujetador para que no se note la diferencia hay rellenos de silicona en tiendas de lencería y es mucho más cómodo.
- No puedes tenerle tanto miedo a ir a la playa. Sé que la hora del baño es un sufrimiento, por eso os recomiendo bañadores en vez de bikinis para sentiros seguras y que se note menos. Eso hasta que te la pele todo, porque a estas alturas ya llevo biquinis y bañadores, con el tiempo va importando mucho menos. ES ALGO ESTÉTICO, no el fin del mundo. Less drama. Tenéis que quereros y dejar los complejos atrás. Os recomiendo un relleno manual, de algodón y que lo cosáis, puesto que el relleno de silicona se pone mal con el agua del mar.
- Ir al médico desde temprana edad y revisarse los pechos, puede ser un tema hormonal y que se pase, pero si continúa hay buenas noticias y es que a partir de los 18 años, la seguridad social ofrece una operación. Sí, es gratis.
- Cada una hace lo que quiere, pero mi consejo es que no lo tengas como un secreto. Esta manía de ocultar nuestro cuerpo tal cual es y de avergonzarnos de él es lo que nos hace que nos sintamos marginadas y acomplejadas, cuando en realidad somos muchas. En vez de ocultarlo enorgullécete de tus dos pechos. Ayudarás a crear conciencia y a que esta situación sea totalmente normal.
Autor: Clara.
